Manuel Lao, industrial del juego, declara ante el juez en relación a una presunta fuga de capitales

Manuel Lao, presidente y director general de la Compañía de Inversiones, Sociedad Anónima (Cirsa), vicepresidente y consejero delegado de Universal de Desarrollos Electrónicos y una de las personalidades más significativas del mundo del juego en España, prestó declaración el pasado sábado, 22 de febrero, ante el juez de delitos monetarios, Luis Lerga, en relación con una presunta evasión de capitales que podría ascender a 26.500.000 pesetas.

La supuesta implicación de Manuel Lao en esta fuga de capitales se estableció a partir de una detención, el pasado 12 de febrero, en la fronter...

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Manuel Lao, presidente y director general de la Compañía de Inversiones, Sociedad Anónima (Cirsa), vicepresidente y consejero delegado de Universal de Desarrollos Electrónicos y una de las personalidades más significativas del mundo del juego en España, prestó declaración el pasado sábado, 22 de febrero, ante el juez de delitos monetarios, Luis Lerga, en relación con una presunta evasión de capitales que podría ascender a 26.500.000 pesetas.

La supuesta implicación de Manuel Lao en esta fuga de capitales se estableció a partir de una detención, el pasado 12 de febrero, en la frontera de Irún. La policía interceptó a Antonio Sorozábal Azpirot cuando intentaba cruzar la frontera llevando en el interior de su automóvil, escondidos entre la chapa del chasis, 30 millones de pesetas. Sorozábal, comerciante, natural de Pamplona, afincado en Fuenterrabía (Guipúzcoa), aseguró que el dinero localizado en el vehículo, un Citroën BX, le había sido entregado por dos hombres de negocios de Barcelona para que lo trasladara a Francia. Fuentes próximas al detenido alegan que un ciudadano francés le hizo el encargo, pidiéndole que recogiera el dinero en dos domicilios barceloneses y lo llevase a Bayona. La policía, que ya estaba tras su pista, le siguió hasta el domicilio de un familiar de Lao.Antonio Sorozábal, que estaba sometido a vigilancia policial desde hacía unos seis meses, fue detenido por inspectores de la Brigada de Investigación de Delitos Monetarios en la misma frontera. Posteriormente, fue trasladado a San Sebastián y puesto a disposición del titular del Juzgado número 2, donde se le decretó prisión provisional y sin fianza. Esta medida ha sido confirmada posteriormente por Luis Lerga, titular del Juzgado de Delitos Monetarios, quien ha abierto unas diligencias previas sobre el caso, bajo el número 6/86.

Varios implicados

En medios allegados a la abogacía se asegura que Antonio Sorozábal acostumbraba, en los últimos meses, a realizar frecuentes desplazamientos por toda España, estableciendo contactos con todo tipo de hombres de negocios. Según estas mismas fuentes, el dinero supuestamente facilitado desde el domicilio de un familiar de Manuel Lao habría ascendido a unos 26.500.000 pesetas.El juez de delitos monetarios citó a declarar a Manuel Lao, propietario de una buena parte de las máquinas tragaperras colocadas en los bares españoles, y a otros supuestos implicados. Lao compareció el pasado sábado acompañado de su abogado, y aseguró que los 26 millones, que eran suyos, los había entregado a una persona de su confianza para investigar un supuesto espionaje industrial del que eran víctimas algunas de sus empresas. Recalcó que no tenía nada que ver con la posible fuga de divisas.

El juez Luis Lerga ha puntualizado que Manuel Lao efectuó su declaración en calidad del testigo y no como acusado. El juez no descarta la posibilidad de que este caso forme parte de una nueva vía de fuga de divisas, por lo que ha optado por decretar la prisión incondicional y sin fianza de Antonio Sorozábal, y ha dado instrucciones para que se realicen nuevas investigaciones.

El grupo Cirsa constituye sin duda la más rápida expansión empresarial conocida nunca en España. Su presidente, Manuel Lao, era en 1975 propietario de un bar-restaurante de Terrassa. En la actualidad posee un grupo de 100 empresas que operan en el sector electrónico (máquinas tragaperras y ordenadores), mobiliario e ingeniería, servicios (empresas operadoras de máquinas recreativas y de azar, casinos y consulting), inmobiliario (urbanización de lujo La Mallola), agropecuario y financiero, con una facturación de 20.000 millones anuales y una plantilla con más de 2.500 personas.

Aunque el grupo tiene más de 300 socios, la práctica totalidad del capital está en manos de Manuel Lao y de su hermano Juan. Manuel ha aplicado modernas técnicas de organización al grupo y se define como "un empresario que no deja de invertir y que no tiene límites en sus aspiraciones".

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