Industria y Comercio negocian con los productores europeos la reducción de las importaciones siderúrgicas

La Secretaría de Estado de Comercio y el Ministerio de Industria se han repartido las negociaciones individuales con los cinco principales países productores de productos siderúrgicos de la Comunidad Europea (CE). Luis de Velasco, secretario de Estado de Comercio, viajó ayer a Holanda, país que ostenta la presidencia de turno de la Comunidad, para intentar negociar el establecimiento de un acuerdo de limitación voluntaria de las importaciones.

Guillermo de la Dehesa, secretario general de Comercio, viajará el próximo lunes a Londres también viajará en breve a la RFA-, mientras que Eduar...

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La Secretaría de Estado de Comercio y el Ministerio de Industria se han repartido las negociaciones individuales con los cinco principales países productores de productos siderúrgicos de la Comunidad Europea (CE). Luis de Velasco, secretario de Estado de Comercio, viajó ayer a Holanda, país que ostenta la presidencia de turno de la Comunidad, para intentar negociar el establecimiento de un acuerdo de limitación voluntaria de las importaciones.

Guillermo de la Dehesa, secretario general de Comercio, viajará el próximo lunes a Londres también viajará en breve a la RFA-, mientras que Eduardo Santos, subsecretario de Industria, ha viajado ya a París y deberá acudir también a Roma.Este despliegue negociador, que ha estado precedido por una exposición a la Comisión Europea de la gravedad de la situación originada por el crecimiento de las importaciones de productos siderúrgicos comunitarios a España, busca el establecimiento de un acuerdo bilateral con los principales productores europeos -acuerdo que podría ser inicialmente por un año- que evite la denuncia por parte del Gobierno español de la cláusula de salvaguardia del tratado de adhesión. El Gobierno español trata de evitar este recurso extremo.

El resultado de estas negociaciones, que se basan en el principio del mantenimiento de las corrientes tradicionales en las importaciones, tomando como punto de referencia las cantidades contempladas en el tratado de adhesión de España a la CE, que rondaban las 890.000 toneladas al año, podría concretarse en la reunión del Consejo de Ministros de Industria y Energía de la CE del próximo 3 de marzo.

Paralelamente a la actuación de la Administración, la patronal del sector siderúrgico, Unesid, prepara un expediente para exigir del Gobierno que denuncie la cláusula de salvaguardia, por el "'grave daño" que las ventas europeas a nuestro mercado están causando a la siderurgia española. En enero, según Unesid, las ventas de acero comunitario se elevaron a 475.500 toneladas, frente a 152.500 toneladas del mismo mes de 1985.

Unesid ha presentado ya más de 200 denuncias contra otras tantas licencias de exportación -las licencias desaparecerán, puesto que el comercio de estos productos será totalmente liberalizado el próximo 1 de marzo-, al considerar que presentan unos precios inferiores en un 30% o 40% a los fijados en la CE.1

Cierre de instalaciones

A nivel individual, aunque significativa, la dirección de Altos Hornos de Vizcaya, cuyo presidente es Juan Luis Burgos, a la vez máximo responsable de Unesid, advirtió ayer al comité de empresa que "existe un peligro real de parar algunas instalaciones, como la factoría de Ansio, dedicada en su totalidad a la producción de acero para el mercado nacional, si persisten las importaciones de acero de los países de la CE".

España, que produjo el pasado año 14,2 millones de toneladas de acero, es un país netamente exportador. Las ventas al exterior se elevan a 7,5 millones de toneladas, más que el consumo interno. Entre la CE y Estados Unidos -país con el que existe un acuerdo bilateral hasta septiembre de 1989- absorben 1,5 millones de toneladas, el 20% del total. Los países asiáticos y del norte de Africa representan más del, 60% de la exportación, pero de ellos sólo China -mercado leonino en precios- aumenta sus compras (un millón de toneladas el pasado año). La guerra Irán-Irak ha puesto fin a un mercado hace años dinámico.

Del resto destacan la URSS y otros países del Este, que compran un 12% de nuestras exportaciones siderúrgicas, mientras Latinoamérica es un mercado residual y muy deprimido.

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