Taciana Fisac

Articulista del 'Diario del Pueblo', de Pekín, y traductora del candidato al Nobel Ba Jin

Cuando Taciana Fisac tenía cinco años, su padre, el arquitecto Miguel Fisac, decidió, tras un viaje por Oriente, que su hija estudiase chino. Del aprendizaje dócil de la niñez, Taciana Fisair pasó a interesarse realmente por la cultura y el idioma de un país legendario y oscuro. A los 24 años, su actividad ha incluido el oficio de intérprete -fue por primera vez a China en 1978, en el viaje de los Reyes-, la traducción de Platero y yo al chino y la de La familia Kao, del candidato al Premio Nobel Ba Jin, al castellano.

En mayo próximo se doctorará en sinología en la universidad de París...

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Cuando Taciana Fisac tenía cinco años, su padre, el arquitecto Miguel Fisac, decidió, tras un viaje por Oriente, que su hija estudiase chino. Del aprendizaje dócil de la niñez, Taciana Fisair pasó a interesarse realmente por la cultura y el idioma de un país legendario y oscuro. A los 24 años, su actividad ha incluido el oficio de intérprete -fue por primera vez a China en 1978, en el viaje de los Reyes-, la traducción de Platero y yo al chino y la de La familia Kao, del candidato al Premio Nobel Ba Jin, al castellano.

En mayo próximo se doctorará en sinología en la universidad de París. Ha sido articulista del Diario del Pueblo, editado en Pekín, y ahora está escribiendo un cuento chino. Fisac se apresura a matizar lo del cuento diciendo que se puede calificar así porque se inspira en la mitología del país. Es una joven con un aspecto delicado de inglesa romántica, aunque tras esa apariencia se esconden fuertes convicciones.Señala su desinterés por la imagen que se pueda transmitir de ella al haber sido intérprete de personalidades que visitaban España o españoles visitantes de China. Lo que ahora le interesa es su labor de asesoramiento de traductores literarios chinos, que encuentran en ella la interlocutora adecuada para expresarse con propiedad en español.

Al traducir Platero y yo, con motivo del centenario del nacimiento de Juan Ramón Jiménez, también tuvo que pedir consejo, debido a la excepcionalidad del idioma chino. "A veces hay carencia de términos en castellano", dice, "y esto, si se trata de poesía, es tremendo". Hace poco, tradujo al castellano La familia de Kao, de Ba Jin, "una obra de profunda belleza, suelta, de estilo natural y muy vitalista. Con un estilo descriptivo, deja traslucir magistralmente como era la sociedad china de los años veinte".

Taciana Fisac ha visitado aquel país en tres ocasiones, y en una de ellas convivió con una familia, algo que entonces estaba prohibido.

De sus experiencias y su conocimiento prepara un libro sobre aspectos de la sociedad china en el que analizará la ambigüedad inherente a los procesos de transición cultural y política. "Allí siempre se ha hablado de la complementariedad de los contrarios", dice. Para Taciana Fisac, el marxismo entra de forma muy profunda en la mentalidad china por la obsesión en esta cultura por la humanidad, no por la persona. "Es una cultura", dice, que siempre se ha vinculado con la poesía. Nunca se ha fijado como motivo especial en la persona, sino en la naturaleza y en conceptos no abarcables".

Taciana Fisac no es una mujer convencional, y en sus materias de estudio, e incluso en sus aficiones, se nota el el interés por lo especulativo. La espiritualidad es tan importante en su vida que decidió aprender teología y ha cursado ya el quinto curso. También ha hecho estudios de música y canto y señala a Bach como su compositor favorito.

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