El Gobierno calcula que la incorporación a la CEE hará crecer la economía española sólo un 0,1% durante 1986

La incorporación de España a la CEE aportará el próximo año a la economía un crecimiento del 0,1% del producto interior bruto, según las previsiones del Gobierno reflejadas en la memoria entregada al Congreso, que acompaña al proyecto de Presupuestos Generales de] Estado para 1986. Este exiguo crecimiento derivado del ingreso contrasta, no obstante, con las conclusiones de estudios de la propia CEE, que prevén un impacto fuertemente negativo para la economía española durante los primeros años. Por otra parte, sobre las Administraciones públicas recae el principal peso de la actividad económica...

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La incorporación de España a la CEE aportará el próximo año a la economía un crecimiento del 0,1% del producto interior bruto, según las previsiones del Gobierno reflejadas en la memoria entregada al Congreso, que acompaña al proyecto de Presupuestos Generales de] Estado para 1986. Este exiguo crecimiento derivado del ingreso contrasta, no obstante, con las conclusiones de estudios de la propia CEE, que prevén un impacto fuertemente negativo para la economía española durante los primeros años. Por otra parte, sobre las Administraciones públicas recae el principal peso de la actividad económica, ya que su participación supondrá la generación de 1,5 de los 2,5 puntos del crecimiento previsto.

El efecto positivo durante el primer año de pertenencia a la CEE, aunque de cuantía mínima, no deja de ser una previsión sorprendente. Los cálculos del Gobierno chocan con un estudio anterior de la propia Comisión Europea en el que se evaluaba el coste de la adhesión española en una pérdida de tres puntos del producto interior bruto (PIB), consecuencia principalmente de la reducción arancelaria en una economía como la española menos competitiva y con tan alto índice de paro. Precisamente, según la institución de la CEE, la mayor parte de este retroceso se concentraría en los dos primeros años (más de un punto de descenso del PIB cada uno de estos ejercicios).Fuentes del Gobierno calificaron en su día de pesimistas las conclusiones de la Comunidad, argumentando que estaban basadas en cifras desfasadas (el informe, dado a conocer este año, se había elaborado fundamentalmente con datos de 1982). Pero este pesimismo de la propia CEE fue utilizado como argumento de presión por los representantes españoles en la última fase de la negociación.

Si bien la aportación de una décima al incremento del PIB es mínima, la principal ventaja de la pertenencia a la CEE, según el estudio del Gobierno, será la incidencia positiva en la formación bruta de capital "debido a los fondos que la economía española dispondrá para la intervención de mercados, e incentivos para fomentar el potencial de las zonas deprimidas".

Las cuentas entre España y la CEE durante 1986 ascienden a 214.000 millones de pesetas, en los que están incluidos los proyectos de financiación conjunta. Este presupuesto B ha sido elaborado por el Gobierno en base al equilibrio entre las aportaciones de la CEE y la contribución española negociado en el Tratado de Adhesión para los primeros años tras el ingreso.

El rigor presupuestario y los gastos derivados de la ampliación han llevado a una primera propuesta del Consejo de Ministros de la Comunidad que representa para España ser contribuyente neto a la CEE por valor de 70.000 millones de pesetas. El contencioso está aún en vías de solución y, según el secretario de Estado para las Comunidades, Manuel Marín, el equilibrio entre ingresos y pagos acabará imponiéndose, pues de otro modo "la propia CEE nos impediría cumplir lealmente con lo recogido en el tratado".

Proceso de ajustes

El próximo año va a ser el primero de un proceso de cambio que impondrá fuertes ajustes a nuestra economía, pero que, a largo plazo, se convertirán en un factor positivo. El propio informe económico y financiero del proyecto de Presupuestos hace hincapié en la serie de respuestas que nuestra economía se verá obligada a dar por el influjo de la economía comunitaria.Con el ingreso, España verá ampliado su mercado potencial de algo menos de 40 millones de consumidores en la actualidad a más de 320 millones, lo cual impondrá redimensionar la capacidad actual de las empresas afectadas y aportará nuevos factores de competencia en los mercados.

En los primeros años, esta situación se convertirá en desventajosa para España, que verá aumentar sus importaciones procedentes de la Comunidad como consecuencia de la reducción arancelaria. Como los aranceles por parte de la Comunidad son ya muy bajos, su disminución progresiva no se reflejará apenas en un incremento de las ventas.

Fuentes del Ministerio de Economía admitieron la posibilidad de que, a partir de enero, se produzca un "cierto tirón" en las compras a países comunitarios, sobre todo en bienes de equipo y productos industriales y agrícolas. En su opinión, la actual situación de la balanza de pagos permite un cierto margen de actuación y España puede asumir pagos adicionales por importaciones de unos 2.000 millones de dólares anuales. El peligro es que la penetración de productos comunitarios se convierta en estructural.

También parece descartada la posibilidad de una devaluación como consecuencia de las adaptaciones de precios agrícolas a los vigentes en el Mercado Común. Las estimaciones son que el impacto sobre el índice de precios al consumo no va a ser excesivamente importante y que la devaluación originaría fuertes tensiones inflacionistas internas.

Fluctuación de la peseta

España tiene tiempo hasta 1989 para decidir su integración en el Sistema Monetario Europeo y la ponderación de la peseta en el ECU. El Gobierno parece haber optado por la fluctuación del valor de la moneda, de forma que la depreciación de la peseta permita mantener un alto índice de exportación. Para el próximo año, las previsiones fijan un aumento del 5% en las ventas al exterior y del 4% en las importaciones.Según el estudio que acompaña al proyecto de Presupuestos, las Administraciones públicas repercutirán en la economía el impacto positivo de las subvenciones e inversiones cofinanciadas por la CEE y el Estado español, que compensarán "el aspecto contractivo del aumento de impuestos" como consecuencia de la implantación del IVA. El aumento de las inversiones directas y el acceso a tecnología avanzada serán algunos de los beneficios a corto plazo de la integración.

El peso de las Administraciones públicas en las grandes magnitudes de la economía será mayoritario. Según la previsión del Gobierno, su participación se elevará al 61 %, equivalente a 1,5 de los 2,5 puntos de crecimiento real previsto. En términos corrientes el crecimiento aportado por las Administraciones públicas asciende a 6,4 de los 9,6 puntos estimados por el Gobierno para el total de la economía. En las restantes macromagnitudes, según refleja el cuadro, la participación es del 66% del consumo privado nacional, el 53% de la formación bruta de capital y el 35% de la importación total de bienes y servicios.

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