Tribuna:

Profesionales

Soterrada unas veces y otras en plena superficie, circula en Cataluña una campaña contra algunos medios de comunicación, tratando de convertirlos en el enemigo interior concertado con el enemigo exterior. Lo que nació en la mesa de despacho de algún cerebro se ha convertido ya en sabiduría convencional de masas, y si no que nos lo expliquen los profesionales de TVE en Cataluña, informadores y técnicos, que se han visto hostigados, insultados e incluso acorralados por el sector incontrolado de multitudes telecontroladas. Hasta tal punto ha llegado la sensación de amenaza, que a ve...

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Soterrada unas veces y otras en plena superficie, circula en Cataluña una campaña contra algunos medios de comunicación, tratando de convertirlos en el enemigo interior concertado con el enemigo exterior. Lo que nació en la mesa de despacho de algún cerebro se ha convertido ya en sabiduría convencional de masas, y si no que nos lo expliquen los profesionales de TVE en Cataluña, informadores y técnicos, que se han visto hostigados, insultados e incluso acorralados por el sector incontrolado de multitudes telecontroladas. Hasta tal punto ha llegado la sensación de amenaza, que a veces algunos compañeros de la TV-3 autonómica han tenido que dejar sus pegatinas para que los técnicos de TVE las engancharan en sus cámaras y pudieran eludir más de un cerco peligroso.Esquiroles, botiflers (traidores desde la perspectiva nacionalista) y todos los demás insultos, han formado un coro habitual cuando profesionales nacidos en Barcelona, o que en cualquier caso se limitan a trabajar ahí al servicio de un medio, cuyas posibles intenciones políticas les exceden, salen a la calle en busca de información.

A ese estado de cosas se ha unido una nota de Convergència sobre una presunta manipulación de TVE sobre los hechos de la Diada, nota que choca directamente con los profesionales que desde Barcelona recogieron y cursaron esa información hacia todo el Estado. Los profesionales se han revuelto contra la nota, hartos ya de tanto vapuleo, y exigen al abajo firmante que demuestre lo que denuncia. El abajo firmante es el señor Antoni Comas, con un importante pasado de ejecutivo defenestrador, sin que nadie sepa a ciencia cierta qué méritos propios o impropios le han llevado a ser una estrella tan ascendente como opaca en el pujolismo. Se da el caso de que en los tiempos en que Antoni Comas era un patriota in pectore, algunos de los profesionales que ahora denuncia estaban represaliados en la televisión franquista por su visión democrática y pancatalana de la información televisiva. Mal asunto cuando los ejecutivos agresivos de acero inoxidable se meten en política. Ni siquiera saben matar al mensajero con amabilidad.

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