México, tras la catástrofe

El calvario de las comunicaciones

Uno de los más duros calvarios que ha provocado este terremoto ha sido el de las comunicaciones; calvario por el que que han tenido que pasar los millones de personas que, en el interior de México o fuera del país, han estado intentando infructuosamente durante horas y horas ponerse en contacto con familiares y amigos.

Las comunicaciones telefónicas y telegráficas con el exterior y entre grandes zonas del interior quedaron cortadas en el mismo momento de producirse el seísmo. Ayer se había conseguido recuperar algunas líneas, pero, en conjunto, persistían las dicultades en los servi...

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Uno de los más duros calvarios que ha provocado este terremoto ha sido el de las comunicaciones; calvario por el que que han tenido que pasar los millones de personas que, en el interior de México o fuera del país, han estado intentando infructuosamente durante horas y horas ponerse en contacto con familiares y amigos.

Las comunicaciones telefónicas y telegráficas con el exterior y entre grandes zonas del interior quedaron cortadas en el mismo momento de producirse el seísmo. Ayer se había conseguido recuperar algunas líneas, pero, en conjunto, persistían las dicultades en los servicios internacional y de larga distancia nacional. En cambio, la comunicación urbana en la capital sólo presentaba pequeñas deficiencias. Fuentes de la compañía Teléfonos de México manifestaron que éste ha sido el mayor problema a que ha tenido que hacer frente la compañía en toda su historia. Las comunicaciones por télex desde España quedaron a la una de la tarde de ayer completamente restablecidas.

Más información

Daniel Díaz, titular de Comunicaciones y Transportes, declaró ayer que los transportes por carretera y ferrocarril se realizaban con práctica normalidad por todo el país -sólo se informó de cortes en un tramo de la carretara que une Ciudad Guzmán con Guadalajara-, y que el tráfico aéreo también era el habitual. Sin embargo, se ha pedido a las compañías aéreas que no vuelen sobre la capital mexicana para evitar que las ondas sonoras de los aparatos provoquen el derrumbamiento de los edificios más gravemente afectados pero que aún se mantienen en pie.

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