Entrevista:

Empresarios y Administracion deben planificar conjuntamente toda la estrategia industrial

Pregunta. ¿Cuál cree que debe ser el papel del Ministerio de Industria en un país que como España tiene una economía sujeta a la presión de fuertes competidores exteriores que se incrementará con el ingreso en la CEE?Respuesta. Históricamente, en todos los países, el Ministerio de Industria se caracterizaba por su función interventora. Conceder permisos, inspeccionar y fiscalizar las industrias eran sus actividades más típicas. Este tipo de funciones ha ido desapareciendo tras una largo proceso liberalizador, que en España ha llegado muy tarde. En estos momentos creo que en España el papel del...

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Pregunta. ¿Cuál cree que debe ser el papel del Ministerio de Industria en un país que como España tiene una economía sujeta a la presión de fuertes competidores exteriores que se incrementará con el ingreso en la CEE?Respuesta. Históricamente, en todos los países, el Ministerio de Industria se caracterizaba por su función interventora. Conceder permisos, inspeccionar y fiscalizar las industrias eran sus actividades más típicas. Este tipo de funciones ha ido desapareciendo tras una largo proceso liberalizador, que en España ha llegado muy tarde. En estos momentos creo que en España el papel del ministerio es el de promocionar la producción. Para ello es necesario concertar conjuntamente con las empresas la estrategia general que necesitan los diferentes sectores productivos.

P. ¿Cómo se aplica esta concertación en el campo de la producción industrial?

R. Mi modelo es el del Ministerio de Industria de Japón. La industria japonesa está muy planificada, mucho más de lo que la gente cree, pensando sobre todo en el comercio exterior. En nuestro caso se trata precisamente de esto: de planificar la estrategia general en todos los campos a largo plazo. Pero mi concepción de la planificación es distinta a la de los comunistas o de la que se tiene en Europa. Para mí la planificación debe ser fruto de la concertación que establezcan los industriales y la Administración. En la etapa actual cualquier iniciativa que no sea concertada entre empresarios y Administración corre riesgos excesivos. Sobre la base de esta planificación concertada, el Ministerio de Industria ha de convertirse cada vez más en el impulsor de los acuerdos establecidos.

P. ¿Son suficientes las relaciones actuales entre Administración y empresas para desarrollar esta concertación industrial?.

R. Desde el Ministerio se tiene interés en ampliar y reforzar al máximo todos los instrumentos y canales de este diálogo entre la Administración y los distintos sectores industriales. No puede mantenerse la situación actual de que sólo se establecen relaciones en casos extremos. Industriales y Administración sólo conectan ante crisis graves, conflictos irreversibles o para tratar de las ayudas específicas a sectores en reconversión. Por el contrario, mi propósito es establecer relaciones permanentes con los industriales. Ello implica instrumentar programas a largo plazo en que tanto la Administración como las empresas asuman compromisos concretos. En este momento, lo prioritario es que Administración y empresarios planifiquen conjuntamente toda la estrategia industrial del país. Para ello es preciso encontrar un marco en que la industria española por sectores sea capaz de tomar acuerdos y cumplirlos. Hay que acabar con los dobles lenguajes del pasado. A veces se alcanzaba un acuerdo con la representación empresarial que luego era incapaz de hacer cumplir a sus asociados.

Concertada la estrategia industrial entre las partes, el papel de Industria consistirá principalmente en facilitar los medios para su ejecución, que incluirán desde apoyos financieros, hasta ayudas técnicas y profesionales para al fomento de la investigación.

"Multinacionales, sí; pero controladas"

P.¿Existe algún nuevo proyecto de ayuda financiera a la industria?.

R. Aunque aún no tengo ningún modelo definido, durante el mes de julio he mantenido contactos con algunos banqueros sobre este tema. Se trataría de constituir sociedades mixtas entre la banca privada y la Administración para financiar proyectos de alto riesgo o iniciativas que interesa promocionar para el bien general del país, pero que resultan poco atractivas por causas diversas. En cualquier caso se trata de garantizar que no se pierda ninguna iniciativa innovadora o modernizadora por falta de recursos.

P.¿Qué sectores merecerán atenciones prioritarias?

R. Hay que desarrollar los sectores en los que ya tenemos experiencia. Si somos los primeros exportadores europeos de automóviles, éste es un campo en el que debemos seguir trabajando y que, por tanto, debemos apoyar. Lo mismo, en otros sectores en los que también hemos conseguido importante presencia en el exterior como son el textil y calzado. Si en estos ramos, el papel fundamental lo juegan industriales españoles, apoyaremos a estos industriales y si son multinacionales, serán estas sociedades las que reciban nuestra ayuda. Lo importante es impulsar los sectores que consideramos prioritarios.

P. ¿Qué proyectos han previsto para el fomento de nuevas tecnologías, como electrónica y robótica?

R. Las nuevas tecnologías no son un objetivo en sí mismas sino un elemento de alimentación de los sectores que hemos considerado prioritarios. Por ejemplo, si decidimos, impulsar la construcción de robots es pensando fundamentalmente en la industria del automóvil.

P. ¿Existirá algún tipo de control sobre las multinacionales?

R. Por supuesto. En los sectores en los que no sean necesarias las multinacionales impediremos su actuación. La implantación de multinacionales debe estar siempre bajo control. En los sectores en los que no existan necesidades financieras ni tecnológicas no es conveniente la presencia de las multinacionales. No aceptaremos las que no aporten tecnología y que su único objetivo sea la explotación intensiva de mano de obra. No interesan las compañías que quieran instalarse con los mismos criterios que en Singapur, es decir, que sólo tienen en cuenta el precio de la mano de obra.

Lo que hace falta son compañías con elevado nivel tecnológico, que enriquezcan a nuestros técnicos y sobre todo aseguren la difusión de la tecnología. En muchos casos, como IBM y General Motors, en torno a las factorías se han generado nubes de empresas auxiliares que se han visto forzadas a elevar su nivel tecnológico, a menudo con ayuda directa de las propias multinacionales, para proporcionar la calidad de productos exigida.

P. ¿Cómo se interpreta la creciente penetración de capital japonés en España?.

R. La tecnología que aportan las empresas japonesas es de especial interés para nosotros. Los japoneses tienen gran experiencia en la tecnología que nos interesa que es la de producción. En España, más que una tecnología capaz para crear nuevos productos, lo que precisamos son nuevas técnicas para fabricar más barato los productos ya existentes.

La productividad depende de la tecnología

P. Con la tecnología ¿se resolverán los problemas de productividad y de competitividad?

R. El problema de la productividad no es un problema de los trabajadores, sino un problema de tecnología. Creo que ha quedado bien demostrado que los trabajadores españoles son ea paces de conseguir la mayor eficacia cuando han trabajado en fábricas bien equipadas en el extranjero o bien cuando éstas se han instalado en España.

El problema de la crisis indus trial española es que durante los últimos 10 años se han disparado los precios de los salarios reales pero no se ha elevado el nivel tecnológico de las empresas. La solución no está en reducir los salarios ahora, que sería inaceptable políticamente, sino en elevar el nivel tecnológico. Las multinacionales han soportado mejor la crisis no porque hayan aumentado menos sus costes salariales, sino porque paralelamente han modernizado su tecnología.

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