Las críticas de Craxi sobre el 'viernes negro' de la lira, a punto de provocar una crisis de Gobierno

Una dura frase del primer ministro italiano, el socialista Bettino Craxi, ante el Senado en relación con el llamado viernes negro de la lira (baja histórica y devaluación) ha estado a punto de provocar una crisis de Gobierno. Como protesta por las declaraciones de Craxi, Giovanni Goria, el democristiano ministro del Tesoro, y Carlo Azeglio Ciampi, gobernador del Banco de Italia, presentaron inmediatamente su dimisión. La crisis se ha evitado porque Craxi hizo público un comunicado en el que, además de rechazar las dimisiones de Goria y Ciampi, afirmaba que ambos personajes gozaban de su...

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Una dura frase del primer ministro italiano, el socialista Bettino Craxi, ante el Senado en relación con el llamado viernes negro de la lira (baja histórica y devaluación) ha estado a punto de provocar una crisis de Gobierno. Como protesta por las declaraciones de Craxi, Giovanni Goria, el democristiano ministro del Tesoro, y Carlo Azeglio Ciampi, gobernador del Banco de Italia, presentaron inmediatamente su dimisión. La crisis se ha evitado porque Craxi hizo público un comunicado en el que, además de rechazar las dimisiones de Goria y Ciampi, afirmaba que ambos personajes gozaban de su total confianza. Los dos retiraron su dimisión.Pero el hecho es que, sobre el misterio del viernes negro, cuando hace 15 días la mayor corporación pública italiana, el ENI, hizo tambalearse a la lira comprando 150 millones de dólares (unos 24.500 millones de pesetas) a un precio desorbitado que acabó provocando la devaluación de la lira y obligó al ministro del Tesoro a cerrar los cambios, Craxi fue muy duro ante el Senado al afirmar que los motivos dados hasta el momento sobre lo acaecido a la lira "no han explicado de modo convincente lo acaecido y menos aún lo han hecho justificable y aceptable". Añadió que es un "episodio inconcebible y desconcertador" el que "un ente de Estado adquiera divisas a un precio de fantasía completamente fuera del mercado y que un banco de Estado venda a un ente de Estado divisas también a un precio fantasioso y fuera del mercado"

Las palabras de Craxi sonaron como una condena tanto de la dirección del ENI como del ministro del Tesoro y, sobre todo, del gobernador del Banco de Italia, una de las figuras institucionales más importantes de la República. Por ello, las dimisiones de Goria y Ciampi se hicieron obligadas. Los democristianos (DC) temieron, sin embargo, que lo que Craxi deseba era provocar una verdadera crisis para llegar a la formación de un nuevo Gobierno, un Craxi bis, que hubiera afrontado el otoño con mayor tranquilidad. Pero es eso lo que la Democracia Cristiana ha querido evitar desde el primer momento, porque prefiere tener las manos libres para actuar hacia Navidad, según vayan las cosas, ya que el Gobierno de Craxi tiene ya dos años de vida.

Por eso, ante el Senado, la DC hizo lo posible para minimizar el incidente de Craxi y dieron su apoyo al Gobierno. El vicepresidente del Gobierno, el democristiano Arnaldo Forlani, comentó que "en los países serios el Parlamento se va de vacaciones cuando empiezan los calores fuertes".

La Cámara de Diputados abordará hoy la discusión sobre la revisión del Gobierno presentada por Craxi y sobre el incidente del viernes negro de la lira.

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