Seminario en la universidad Internacional Menéndez Pelayo

El difícil desarrollo de la psicología de la vida cotidiana

Ávida de fijar su objeto científico, la psicología se ha refugiado en el laboratorio y ha olvidado la vida cotidiana. Este divorcio entre investigación y vida real parece que va a mantenerse por mucho tiempo, "ya que avanzar en el estudio de la conducta humana es un empeño complejísimo". Estos aspectos están muy claros para los profesores Juan Delval, Víctor García-Hoz y María Victoria Sebastián, directores y secretaria, respectivamente, del seminario que sobre Psicología y estudio de la vida cotidiana se está celebrando esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ávida de fijar su objeto científico, la psicología se ha refugiado en el laboratorio y ha olvidado la vida cotidiana. Este divorcio entre investigación y vida real parece que va a mantenerse por mucho tiempo, "ya que avanzar en el estudio de la conducta humana es un empeño complejísimo". Estos aspectos están muy claros para los profesores Juan Delval, Víctor García-Hoz y María Victoria Sebastián, directores y secretaria, respectivamente, del seminario que sobre Psicología y estudio de la vida cotidiana se está celebrando esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.

Más información

JOSÉ F. BEAUMONT, El tema central de este seminario ha permitido a los citados profeso res y a otros de la relevancia de Mariano Yela, José Luis Linaza Jerome Bruner, Manuel de Vega, Leon Karnin, Carmen Huici y Rocío Fernández Ballesteros, replantearse hasta qué punto los psicólogos y toda la instrumentación técnica que utilizan, se están alejando de los problemas que preocupan al hombre de la calle: paro, pérdida de la calidad de vida, crecimiento y, desarrollo del niño, amenazas tecnológicas, consumo excesivo de televisión, problemas de la tercer edad, malos tratos a los niños...La impresión general que se detecta entre estos psicólogos es que existe un gran abismo entre la psicología del laboratorio y la vida cotidiana y que lo que se hace en las sesiones de psicología clínica luego apenas tiene aplicación en el comportamiento concreto de los individuos o los grupos.

"En estos momentos", explica Juan Delval, catedrático de Psicología Evolutiva de la Universidad Autónoma de Madrid, "la psicología es una ciencia más segura de sí misma que hace algunos años, porque se ha preocupado mucho de consolidar su método, pero esta reclusión la ha alejado de la vida real".

Pérdida de rigor

Víctor García-Hoz, profesor de Psicología del aprendizaje de la Universidad Complutense de Madrid, dice ser consciente de que "avanzar en el estudio de la vida cotidiana es uno de los retos actuales de la psicología pero que origina problemas complejísimos, entre los que cabe citar la pérdida de rigor y las dificultades de comprensión de los propios fenómenos de la conducta cotidiana".

Debido a esta falta de conexión adecuada con la realidad y a pesar de los esfuerzos que hace por exa minar las nuevos datos de las con ductas, la psicología todavía no tiene respuesta, por ejemplo, a los nuevos síndromes de diverso tipo producidos por la civilización de los ordenadores y de la información.

Ni siquiera el propio Jerome Bruner, uno de los psicólogos nor teamericanos de más prestigio que participa en este seminario, ha podido aportar bases sólidas para abordar este tema. "No hay suficiente investigación sobre la nueva revolución de la información. Lo que sí parece claro es que no se produce una integración adecuada de la abundantísima información que genera la sociedad informatizada".

Uno de los temas que más preo cupa a los psicólogos es el de los efectos de la cultura audiovisual -uno de los grandes indicadores- de la sociedad de la informaciónsobre todo en los niños. Parece demostrado que el consumo de televisión (especialmente si se hace con abuso) resulta perjudicial para los niños, pero "también se ha demostrado", dicen los psicólogos, "que la televisión da pie para construir juegos simbólicos".

Como ejemplo señalan la actual serie americana de televisión V, una de las más populares entre los niños españoles. "Es interesante observar cómo los niños reconstruyen la información que les proporciona esta serie forman sus propios juegos a partir de la misma".

Por encima de las amenazas que parece presentar la era televisual los psicólogos se muestran, no obstante, optimistas ante el desarrollo de la misma. José Luis Lina za, profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en el estudio de los juegos infantiles, dice que ha constatado cómo los patios de recreo de los colegios continúan siendo uno de los ámbitos privilegiados de la creatividad infantil.

Otro de los retos actuales de las sociedades posindustriales no so lucionados por los psicólogos es el del paro, sobre todo el del paro juvenil. "No creo que los psicólogos estén llamados a solucionar este problema", dice Jerome Bruner.

En principio se trata de un problema de índole económica y de planificación sociopolítica. Los problemas psicológicos llegan después, como consecuencia de otras causas".

Maquillar el paro

"Los psicólogos", apunta por su parte Víctor García-Hoz, "no pueden maquillar el fenómeno del paro para que parezca que no existe. Por lo demás debemos explicar la actitud del parado dentro de un marco más general de desencanto que se ha producido en los últimos años en todas las sociedades democráticas al darse cuenta los ciudadanos que votan que, luego, sus acciones no tienen relevancia. Se vota a un equipo concreto pero después las decisiones de este equipo se alejan de los votantes".

El maltrato infantil como fenómeno explícitamente urbano preocupa también a los psicólogos de la última ola. En opinión de estos profesionales la crianza de un niño se ha convertido en muchas ocasiones en un hecho dramático, todo lo contrario de lo que sucedía y sucede en las sociedades primitivas. Se ha podido comprobar que los niños maltratados son producto de padres maltratados. La frustración de las sociedades industriales engendra agresión y ésta se ejerce con los seres más débiles.

Archivado En