El congreso debate la crisis de Gobierno

El presidente del Gobierno afirma que la crisis ministerial y sus efectos fueron muy meditados

El presidente del Gobierno, Felipe González, reconoció ayer que la crisis gubernamental producida el 4 de julio obedeció a un cambio meditado y con los efectos calculados, a excepción de la imprevista dimisión del titular de Economía, Miguel Boyer. "Este cambio es el único que se ha salido de mis previsiones" afirmó González ante la Diputación Permanente del Congreso, donde compareció a petición de cuatro grupos para explicar la crisis. "Miguel Boyer no tenía ninguna razón para dimitir" dijo el presidente, que negó la existencia de enfrentamientos entre éste y el vicepresidente del Gobierno, A...

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El presidente del Gobierno, Felipe González, reconoció ayer que la crisis gubernamental producida el 4 de julio obedeció a un cambio meditado y con los efectos calculados, a excepción de la imprevista dimisión del titular de Economía, Miguel Boyer. "Este cambio es el único que se ha salido de mis previsiones" afirmó González ante la Diputación Permanente del Congreso, donde compareció a petición de cuatro grupos para explicar la crisis. "Miguel Boyer no tenía ninguna razón para dimitir" dijo el presidente, que negó la existencia de enfrentamientos entre éste y el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra.

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El jefe del Ejecutivo reiteró que los cambios no significaban en absoluto una modificación de la política del Gobierno, que iba a mantenerse inalterable. "En el anterior Gabinete había cierto nivel de discrepancia y he considerado oportuno la homogeneización del equipo económico", afirmó el presidente. Todos los grupos parlamentarios consideraron insatisfactoria la intervención del jefe del Ejecutivo en esta sesión, que comenzó a las 10 de la mañana y concluyó cuatro horas después.Felipe González considera equivocada la mayor parte de las interpretaciones que se están realizando en torno a los motivos que llevaron a Miguel Boyer a presentar su dimisión. "Las motivaciones son más sencillas de lo que parecen, sin ningún tipo de explicaciones tortuosas, sin mencionar el mal gusto de algunas interpretaciones que seguro desaparecerán dentro de algún tiempo de la vida pública española", afirmó el presidente. "Miguel Boyer no tenía ninguna razón para dimitir; pero mi respeto hacia él antes y después", declaró el jefe del Ejecutivo, en su tercera intervención tras reiteradas peticiones de más información por parte de los interpelantes.

El cese del anterior ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, fue el segundo objeto de interés, después del caso Boyer, de los grupos de oposición. El inicio de una nueva etapa de la política exterior española, una vez producido el ingreso en la CEE, fue el argumento de explicación de González, que anunció un debate sobre política exterior, en torno principalmente a la permanencia de España en la OTAN, al margen del debate sobre el estado de la nación, que tendrá lugar a comienzos del próximo otoño. "El contenido de la pregunta del referéndum sobre la OTAN va a pasar por trámite parlamentario", anunció Felipe González.

El presidente del Gobierno negó con reiteración todos los argumentos esgrimidos por los medios de comunicación en torno a las posibles causas de la dimisión de Boyer sin ofrecer como contrapartida otra explicación. Tras afirmar que el anterior director de la economía española contaba con todo su apoyo, negar las discrepancias con Alfonso Guerra y no encontrar razones para la dimisión de Boyer, el jefe del Ejecutivo se reconoció incapaz de ofrecer más datos. "Lo siento, más claro de lo que soy es que ya no puedo ser", proclamó Felipe González.

Explicó González los cambios en el marco de cuatro bloques: Economía, Asuntos Exteriores, Administración Territorial y portavoz del Gobierno. González aprovechó para declarar todo su apoyo al nuevo titular de Economía, Carlos Solchaga. "Después de una brillante labor de Fernando Morán, que ha concluido una etapa, he pensado que otra persona podía tener mayor idoneidad para las nuevas tareas", siguió el presidente. Una vez concluido el proceso de institucionalización del Estado do las autonomías, a otra persona le corresponde dar un impulso de carácter político", concluyó el jefe del Ejecutivo.

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El cambio de personas y no de política presentado por González sirvió de base a los grupos de oposición para manifestar su perplejidad sobre la crisis. "El balance desastroso de la gestión del Gobierno es la causa de la crisis", afirmó el presidente del Grupo Popular, Manuel Fraga. El político conservador obvió muy pronto la solicitud de datos sobre la crisis y se entretuvo en dibujar un sombrío panorama de la situación política, económica y social de España. A su juicio, este Gobierno mantiene un enfrentamiento constante con todos los sectores sociales, con especial mención a empresarios, trabajadores, obispos, sindicatos y niños apaleados.

El portavoz de Minoría Catalana, Miquel Roca Junyent, fue quien introdujo en la sesión preguntas concretas sobre la crisis, con referencia explícita a las noticias sobre enfrentamientos entre Alfonso Guerra y Miguel Boyer. El centrista Luis Ortiz y el portavoz del PNV, Marcos Vizcaya, declararon su insatisfacción por, las explicaciones del jefe del Ejecutivo.

El diputado de Esquerra Republicana de Catalunya, Francesc Vicens, preguntó, sin éxito, la fecha del referéndum sobre la OTAN.

El portavoz del Grupo Popular, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón cerró el debate preguntando al presidente del Congreso, ante la sorpresa general, si Televisión Española, iba a retransmitir integramente la sesión parlamentaria. Peces Barba respondió que el acuerdo con el ente público se cifra en la emisión de amplios resúmenes.

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