Fraude y oposiciones

Leo en su diario con fecha 1 de julio de 1985 las declaraciones de don Jaime Montalvo, director general del Instituto de Administración Pública, con motivo de la filtración de un ejercicio para el ingreso en la Administración.En dichas declaraciones, el señor Montalvo y otros funcionarios se muestran apesadumbrados por lo sucedido. Más apesadumbrados nos encontramos los suspendidos en estas pruebas y sin posibilidad de reclamar. Aunque supongo que habrá unos mecanismos para hacerlo por vía administrativa, se da el caso de que en los impresos de dichos exámenes, una vez arrancadas las solapas e...

Leo en su diario con fecha 1 de julio de 1985 las declaraciones de don Jaime Montalvo, director general del Instituto de Administración Pública, con motivo de la filtración de un ejercicio para el ingreso en la Administración.En dichas declaraciones, el señor Montalvo y otros funcionarios se muestran apesadumbrados por lo sucedido. Más apesadumbrados nos encontramos los suspendidos en estas pruebas y sin posibilidad de reclamar. Aunque supongo que habrá unos mecanismos para hacerlo por vía administrativa, se da el caso de que en los impresos de dichos exámenes, una vez arrancadas las solapas en las que figuran los datos el opositor, no queda ningún signo de identificación o control conocido por el opositor. De tal forma que, si yo pidiera mi examen, me podrían enseñar el de cualquiera y yo no podría demostrar si es o no mi impreso, a menos que hubiera hecho las crucecitas del test con un rotulador verde fluorescente, que lo diferenciara de los otros miles de exámenes que se presentaron a estas pruebas. Dicha posibilidad no se me ocurrió, de modo que después de pasar tres meses estudiando y salir del examen convencida de que tenía 85 preguntas bien, me encontré suspendida. Pero no es esto lo peor, sino que en las listas aparecían los nombres de personas que afirmaban haberse estudiado en una semana los 49 temas y estaban aprobadas.

No pretendo que a mí me aprueben ni menos que suspendan a nadie; no hay que olvidar que la suerte juega también un papel importante en estas cosas. Lo que resulta indignante son las irregularidades de estas oposiciones. Me gustaría saber: ¿por qué no había ningún número de control impreso en la solapa y en el examen?, ¿por qué en Alicante y en Castellón se hicieron públicas las listas de aprobados cuatro días antes que en Valencia, cuando se sabía que estaban confeccionadas? y, ¿por qué se sabían las notas y los porcentajes de aprobados antes de hacerse públicas?

Lo que más me molesta es que antes de examinarme, algunas personas me advirtieron de las irregularidades de este tipo de oposiciones (enchufes, etcétera... ) y a las que yo contestaba diciendo que eso era antes. Como comprenderán, he cambiado de opinión. Así que, señor Montalvo, no se apesadumbre usted tanto y otra vez tome las medidas oportunas para que no haya lugar a estas situaciones tan desagradables para todos.-