Rotas las negociaciones en Francia sobre los contratos de reconversión

Las negociaciones entre las centrales sindicales y la patronal francesa para la puesta en marcha de los llamados "nuevos contratos de reconversión" han quedado rotas definitivamente. Los sindicatos aseguran que la patronal quiere bloquear todas las negociaciones sociales hasta después de las elecciones legislativas de 1986, en la que los sondeos prevén una victoria de los partidos de centro-derecha.

Las sorprendentes propuestas de la CNPF (Consejo Nacional de la Patronal Francesa) y la CGPME (Confederación General de la Pequeña y Mediana Empresa) lograron en menos de tres horas algo...

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Las negociaciones entre las centrales sindicales y la patronal francesa para la puesta en marcha de los llamados "nuevos contratos de reconversión" han quedado rotas definitivamente. Los sindicatos aseguran que la patronal quiere bloquear todas las negociaciones sociales hasta después de las elecciones legislativas de 1986, en la que los sondeos prevén una victoria de los partidos de centro-derecha.

Las sorprendentes propuestas de la CNPF (Consejo Nacional de la Patronal Francesa) y la CGPME (Confederación General de la Pequeña y Mediana Empresa) lograron en menos de tres horas algo que parecía imposible: unir a todas las centrales sindicales, habitualmente enfrentadas. Los cinco sindicatos sentados a la mesa, CGT (comunista), CFDT (demócratas), CFTC (cristianos), Fuerza Obrera (autogestionarios) y la Confederación General de Cuadros (CGC), rechazaron unánimemente el proyecto patronal y lo denunciaron como una "provocación deliberada". El portavoz de la CGT, que había mantenido siempre su desconfianza sobre la voluntad negociadora de los empresarios, fue el encargado de leer el comunicado conjunto.

La ruptura de las negociaciones se interpreta como una prueba de fuerza de la patronal frente al Gobierno socialista, cuando sólo faltan ocho meses para la convocatoria a las urnas. Los contratos de reconversión fueron Ideados por el Gabinete de Laurent Fabius para aligerar las estadísticas de desempleo, mejorar la situación de unos 300.000 nuevos parados anuales y favorecer la reestructuración de empresas públicas, como Renault, que atraviesan grandes crisis finaricieras.

Bloqueo hasta 1986

Estos contratos garantizan durante dos años el 70% del salario percibido por el trabajador, si éste acepta un período equivalente de reconversión profesional. La negativa empresarial coloca al Gobierno en una difícil alternativa: olvidar su fórmula o imponerla a golpe de decreto o de ley aprobada por el Parlamento. Todo ello cuando en teoría los sindicatos y la patronal tienen que discutir aún la revalorización del minimo seguro que cobran los parados de larga duración (43 francos al día, es decir, unas 775 pesetas).El fracaso de esta negociación viene a sumarse, además, al de las discusiones sobre la flexibilización de empleo, rotas desde hace seis meses. Todo parece indicar que la política contractual entre Interlocutores sociales, es decir, sin intervención directa del Gobierno, quedará bloqueada hasta 1986, con las graves repercusiones que ello puede tener en los programas de modernización emprendidos por el Gobierno de Fabius.

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