Una mujer logra que se le aplique tratamiento tras cinco días de recorrer hospitales

Socorro García González, pensionista de Madrid que sufrió una trombosis en Almería hace dos semanas, y su hija, Francisca Medero han padecido durante cinco de las la búsqueda en ambulancia y de despacho en despacho, de una cama hospitalaria de la Seguridad Social en Madrid donde la enferma pudiera recibir rehabilitación psicosomática. El recorrido empezó el jueves 13 y terminó el martes 18.

Socorro García, de 65 años, jubilada desde hace un año, ha quedado finalmente asistida en el servicio de rehabilitación del Hospital Provincial, donde los responsables del ingreso de enfermos han ta...

Socorro García González, pensionista de Madrid que sufrió una trombosis en Almería hace dos semanas, y su hija, Francisca Medero han padecido durante cinco de las la búsqueda en ambulancia y de despacho en despacho, de una cama hospitalaria de la Seguridad Social en Madrid donde la enferma pudiera recibir rehabilitación psicosomática. El recorrido empezó el jueves 13 y terminó el martes 18.

Socorro García, de 65 años, jubilada desde hace un año, ha quedado finalmente asistida en el servicio de rehabilitación del Hospital Provincial, donde los responsables del ingreso de enfermos han tardado cinco días en decidir aplicarle el tratamiento de rehabilitación. Antes, fue rechazada por falta de camas en el Instituto Nacional de Rehabilitación, adonde fue enviada en ambulancia por las autoridades sanitarias de Almería tras ocho días de hospitalización.En un principio, según la familia de la mujer, la asistenta social de turno en el hospital no quiso aceptar el ingreso y les facilitó una lista de cuidadores particulares a domicilio. El hospital aceptó finalmente facilitarle una cama, pero sin tratamiento porque, según fuentes del centro, debía establecer cuál era el adecuado y dónde se le debía aplicar. En estas gestiones tardó cinco días. Entretanto, la inspección del Instituto Nacional de la Salud (Insalud) había recomendado a la hija el traslado al hospital Ramón y Cajal, donde había cama; pero el médico responsable no aceptó el traslado y argumentó que en el Hospital Provincial podía recibir tratamiento adecuado. Así lo reconoció una inspectora médica de este centro, después de una nueva intervención de la Inspección del Insalud.