SORTEO ESPECIAL DE PRIMAVERA

"Éste, éste también lleva 10 millones"

Madrid Los 100 décimos del gordo vendidos en el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz han pasado por muchas manos. Una gitana, una ciega y una veterana vendedora callejera han repartido en esta localidad la mayor parte de los 1.000 millones de pesetas en participaciones y décimos que han caído en el pueblo. En el bar La Rosa Otero, donde han correspondido 210 millones, ayer se apalabraron dos bodas. Iban entrando los clientes, y la dueña del bar gritaba: "Éste, éste también lleva 10 millones".

Francisca Moncalvillo, titular de la administración situada en la calle Alicante, 4, de Tor...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Madrid Los 100 décimos del gordo vendidos en el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz han pasado por muchas manos. Una gitana, una ciega y una veterana vendedora callejera han repartido en esta localidad la mayor parte de los 1.000 millones de pesetas en participaciones y décimos que han caído en el pueblo. En el bar La Rosa Otero, donde han correspondido 210 millones, ayer se apalabraron dos bodas. Iban entrando los clientes, y la dueña del bar gritaba: "Éste, éste también lleva 10 millones".

Más información

Francisca Moncalvillo, titular de la administración situada en la calle Alicante, 4, de Torrejón, -municipio a 20 kilómetros de Madrid con 80.000 habitantes- recibió, como en todos los sorteos, el número 13.643 destinado a varios revendedores abonados en el pueblo desde hace tiempo a dicho número. Pilar Herrero, la empleada de la Administración, compartió con una amiga, en el último momento, un décimo. Francisca Moncalvillo, viuda y madre de seis.hijos, está satisfecha de haber repartido el premio. De pronto se levanta, se retira a la cocina y, desde allí, se le oye llorar. Su hija Mary, sin embargo, se muestra más escéptica: "Estos son los primeros días, dentro de una semana vuelve la rutina".La revendedora Rosario Jiménez Fernández, de 37 años y de raza gitana, no quiere salir en la televisión. Convencida, al fin, de que se trata de la Prensa y obtenido el permiso de su marido, Diego Silva y con la presencia de una docena de hijos y sobrinos que, por el contrario, sí quieren aparecer en la televisión, accede a posar para los fotógrafos. "Mira, yo no me he quedado con nada, he vendido una serie -100 millones-, todo en décimos, por los bares y en la cervecería Colmar, al dueño, que siempre compra este numero y nunca le toca; le llama el perro". El dueño de la cervecería Colmar se muestra cauto: "Torrejón tiene uno de los índices de delincuencia más altos". No quiere dar su nombre y asegura que no sabe si le ha tocado o no, aunque muestra multitud de décimos de otros sorteos con el mismo número.

"Yo sé cómo se vende"

"Yo vendo mucho porque sé como se vende. Cuando tenía nueve años me dijo mi padre: 'si quieres ganarte la vida, a vender lotería a la calle', y tengo 60 años, así que, calcula", dice Martina Albasanz, que ha repartido 50 millones en participaciones, sobre todo, en la zona del parque de Cataluña de Torrejón. Rosa María Orbazo, ciega, que tiene un quiosco de la ONCE en la galería de alimentación del barrio de Orbasa, vendió dos series, 200 millones de pesetas.

En el bar La Rosa Otero echaron ayer el cierre. Mari Carmen Mata, la dueña, pasea por la barra repitiendo: "21 décimos, 210 millones". En el bar La Rosa Otero hay formada una peña que juega habitualmente a la lotería y recibe con alborozo la llegada de el córdoba Pedro Antonio Gómez Pozuelo, el córdoba, de 64 años de edad, cobra una jubilación de 28.000 pesetas Él fue a por los décimos premiados, pero no se quedó con nada "¿Que por qué?, porque no tenía dinero". Mari Carmen, la dueña va presentando a los agraciados: "Éste, diez millones, éste, diez millones, la de la botica, diez millones, los panaderos, diez millones".

Algunos premiados del bar La Rosa Otero, especializado en pollos asados, se inclinan por las bodas. Ángeles Marían Pérez -"Ésta, ésta, diez millones", continúa con marcado acento andaluz la ya imparable dueña- se abraza a su hermana: "Vamos a celebrar tu boda por todo lo alto, que para algo soy tu madrina". Rafael Acevedo, uno de los camareros, de 27 años de edad, no quiere hablar hasta que no llegase su novia, Laura, de 23. Ésta fue más explícita al llegar: "Nos queríamos casar desde hace tiempo, pero no teníamos cómo; esto nos va a dar un empujón".

Félix Rivera, fontanero -"éste, diez millones"- hace muchas semanas que no juega, tiene ya la vida solucionada y sus hijos son ya mayores; pero "ya, ya sabré cómo guardar el dinerito".

Desdela puerta del bar La Rosa Otero, se siguen oyendo los gritos y se adivinan los gestos de Mari Carmen, la dueña, al grupo de periodistas: "Éste, éste también lleva diez millones".

Archivado En