Las diferencias franco-alemanas centran el debate para la reforma de la política agrícola comunitaria

Los ministros de Agricultura de la CEE iniciaron ayer en la localidad italiana de Siena una reunión informal para debatir la reforma de la política agrícola común (PAC), sobre la que planean las fuertes diferencias entre Francia y la República Federal de Alemania. Se trata nada menos que de modificar el mapa verde de Europa. Pero con la contradicción de tener que mantener los ingresos de los agricultores y a la vez reducir los excedentes. La alternativa es romper los precios o contingentar las producciones.La Comisión Europea presentará en junio un libro verde con las opciones so...

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Los ministros de Agricultura de la CEE iniciaron ayer en la localidad italiana de Siena una reunión informal para debatir la reforma de la política agrícola común (PAC), sobre la que planean las fuertes diferencias entre Francia y la República Federal de Alemania. Se trata nada menos que de modificar el mapa verde de Europa. Pero con la contradicción de tener que mantener los ingresos de los agricultores y a la vez reducir los excedentes. La alternativa es romper los precios o contingentar las producciones.La Comisión Europea presentará en junio un libro verde con las opciones sobre la reforma de la PAC, para entrar en un debate al que se, asociarán las organizaciones profesionales y las instancias comunitarias. La decisión que al final se tome tendrá más valor si se hace a través del Consejo de Ministros de la CEE a final de 1985, como pretende el presidente de la reunión de ayer, el italiano Filippo Maria Pandolfi.

La ampliación de la Comunidad estaba en muchas mentes ayer. Pandolfi señaló- que el ingreso de España y Portugal "acarreará una, serie compleja de efectos en parte contradictorios". Con la ampliación aumentará la demanda, especialmente de productos continentales, con el aumento de los ingresos de la población en estos países, como ocurrió con Grecia. Pandolfi, que antes de finales de junio visitará a su homólogo español, Carlos Romero, para discutir el futuro de la PAC y la asociación de España a esta reforma, citó también los problemas internos y externos que se plantearán en el sector de la producción mediterránea. Con el ingreso ibérico el peso relativo de la agricultura aumentará en la Comunidad y "se asistirá a un aumento de. las necesidades financieras de la PAC", dijo Pandolfi. Y sin embargo poco más dinero habrá.

La Comisión Europea, en la presentación elaborada por el comisario Frans Andriessen, prevé el uso de fondos públicos destinados a la agricultura, en el contexto de esta reforma, para acciones, no estrictamente agrícolas, como la lucha contra el paro o la protección de la naturaleza y de la geografía regional. Tanto por parte de la presidencia como de la comisión y de los otros países, se trata de mantener los ingresos de los agricultores de la CEE. Pero para,la comisión y la presidencia no se puede hacer esto por medio de una política de precios superiores a los del mercado mundial. O se limitan los precios con una política rigurosa o "tarde o temprano", según la comisión, se ampliará el sistema de contingentes, umbrales o cuotas de producción. La comisión, en su documento, habla de "nuevos instrumentos de ayuda sin pasar por los precios". Más claro no puede ser. Se trata de mejorar la política de estructuras, de créditos a la exportación, de acuerdos a largo plazo y de otras medidas.

Agricultura y humanismo

Pero aquí surge de nuevo la contradicción alemana ante la CEE. Gastar menos, pero no por ello bajar los precios, sobre todo de los cereales. El ministro alemán, Ignaz Kiechie, insistió en que precios y mercados son las dos pautas fundamentales de la PAC y salió como paladín de las pequeñas y medianas explotaciones familiares para salvaguardar "una cierta idea de agricultura y del humanismo agrícola". Mientras tanto, su colega francés, Henri Nallet, hablaba de la necesidad de aumentar la competitividad internacional de la agricultura de la CEE. Y sigue sin haberse fijado el precio de los cereales para la actual campaña, dada la intransigente postura Alemana. Pandolfi estima, sin embargo, que este tema no irá a lacumbre europea de Milán a finales de junio, sino que se resolverá el 12 de ese mes.

De cara al futuro, se trata ante todo de reducir los excedentes, causados por la saturación de la demanda en los países desarrollados y los progresos tecnológicos que aumentan la producción. Por ello hay un acuerdo general en la necesidad de ampliar la demanda de esos productos por medio de alternativas tales como cultivar productos en los que la Comunidad es deficitaria, como la soja.

Pandolfi habló de alternativas no convencionales como el desarrollo del etanol agrícola -derivado de los cerales del vino o de la remolacha- como combustible para automóviles o de la producción de bioproteínas también a través de los cereales o la potenciación de los árboles de rápido crecimiento para fabricar celulosa. Pero la Comisión Europea hizo una llamada al realismo, pues los cultivos alternativos quizá no reduzcan el coste para el presupuesto de la CEE ni, salgan de ellas productos más baratos que los actuales.

En todo caso, todas estas reflexiones llevan a una planificación a más largo plazo de la agricultura comunitaria. Planificación que ha de extenderse también al mercado mundial, hablándose incluso de una exportación "concertada y equilibrada" con varios países, principalmente Estados Unidos. Un nuevo desafío a la CEE es el hecho, recordado por Kiechle, de que China y la India empiezan ahora a exportar cereales. De cara al Tercer Mundo, sin embargo, Papdolfí no disimuló que "la demanda potencial no es lo mismo que la demanda solvente". No hay duda de que para llegar a un acuerdo sobre la sentencia,que aplicar a la PAC habrá que tener mucho valor.

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