Jihad Islámica reivindica el atentado contra el emir de Kuwait

AGENCIAS, Jihad Islámica reivindicó, mediante una llamada telefónica a la oficina de Beirut de una agencia de prensa, el atentado perpetrado ayer contra el emir de Kuwait, el jeque Jaber al Ahmed al Sabab, quien escapó con sólo rasguños de la explosión registrada en la capital del emirato, al lanzarse contra su cortejo un coche bomba dirigido por un conductor suicida. Murieron el autor del atentado, dos guardaespaldas del emir y un transeúnte. Once personas resultaron heridas.

Según explicó ante el Parlamento kuwaití un portavoz del Gobierno de Kuwait, Abdul Aziz al Rashid, un vehículo...

AGENCIAS, Jihad Islámica reivindicó, mediante una llamada telefónica a la oficina de Beirut de una agencia de prensa, el atentado perpetrado ayer contra el emir de Kuwait, el jeque Jaber al Ahmed al Sabab, quien escapó con sólo rasguños de la explosión registrada en la capital del emirato, al lanzarse contra su cortejo un coche bomba dirigido por un conductor suicida. Murieron el autor del atentado, dos guardaespaldas del emir y un transeúnte. Once personas resultaron heridas.

Según explicó ante el Parlamento kuwaití un portavoz del Gobierno de Kuwait, Abdul Aziz al Rashid, un vehículo que circulaba en dirección contraria a los coches de la comitiva del emir se cruzó bruscamente, chocó contra el primer automóvil de la caravana e hizo explosión. El atentado se llevó a cabo a las 9.15, hora local (8.15, hora peninsular), cuando el emir se dirigía hacia el palacio Sief, donde se reúne el Consejo de Ministros.Tras someterse a un examen médico, el emir, de 59 años, fue dado de alta y declaró: "Tales hechos no me disuaden de seguir trabajando por la prosperidad de nuestro pueblo, de la nación árabe e islámica".

Al reivindicar la acción en llamadas a una agencia de prensa en Beirut, Jihad Islámica exigió la libertad de 16 personas encarceladas en Kuwait como autores de atentados con bombas contra las embajadas en este país de Francia y Estados Unidos, así como contra edificios gubernamentales, que produjeron seis muertos y más de 80 heridos en 1983. Cinco iraquíes y un libanés fueron condenados a muerte en la horca (tres de ellos en rebeldía) y otros 13 radicales islámicos, a penas de prisión. Hasta hoy, no ha sido anunciada la fecha de las ejecuciones. El comunicante de Jihad Islámica amenazó con desestabilizar los reinos del Golfo, si la no son puestos en libertad los presos.