Manifestación en Bélgica contra los misiles norteamericanos recién instalados

Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Bruselas en contra de la presencia en Bélgica de misiles de crucero norteamericanos. Los primeros 16 misiles llegaron al país el sábado por la noche, apenas 48 horas después de que el Gobierno de Wilfried Martens anunciara al Parlamento su decisión de autorizar su despliegue.Los organizadores de la marcha estimaron la participación en 200.000 personas, mientras la policía la cifraba en 44.000. Los manifestantes acusaron al Gobierno de haber despreciado al Parlamento al comunicarle su decisión cuando 16 de los misiles estaban ya en camino hac...

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Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Bruselas en contra de la presencia en Bélgica de misiles de crucero norteamericanos. Los primeros 16 misiles llegaron al país el sábado por la noche, apenas 48 horas después de que el Gobierno de Wilfried Martens anunciara al Parlamento su decisión de autorizar su despliegue.Los organizadores de la marcha estimaron la participación en 200.000 personas, mientras la policía la cifraba en 44.000. Los manifestantes acusaron al Gobierno de haber despreciado al Parlamento al comunicarle su decisión cuando 16 de los misiles estaban ya en camino hacia la base aérea de Florennes, a unos 70 kilómetros de Bruselas, donde se encuentran ya instalados. Durante la marcha, que transcurrió por el centro de la capital belga, se pidió reiteradamente al Parlamento que haga caer al Gobierno con el voto de censura al que se enfrenta Wilfried Martens esta semana.

Éste manifestó el sábado ante las cámaras de televisión que la decisión de aceptar la instalación de los misiles, prevista por la OTAN en 1979, había sido la más dura que le había tocado tomar a un Gobierno belga desde el final de la II Guerra Mundial. Martens defendió la competencia del Gobierno para llevar a cabo esta medida y manifestó que un retraso no hubiera favorecido las negociaciones entre la Unión Soviética y Estados Unidos en Ginebra.

Con el despliegue de estos primeros 16 misiles, Bélgica se une a la República Federal de Alemania, el Reino Unido e Italia en la realización de las medidas adoptadas por la OTAN para contrarrestar los misiles soviéticos SS-20. Martens señaló que respetaba la convicción de los manifestantes en contra de su decisión, pero los acusó de defender el desarme unilateral.

El resultado del voto de censura contra el Gobierno es imprevisible, ya que el despliegue de los misiles ha dividido al partido del propio Martens, el Partido Cristiano Social (CVP). Según algunas fuentes parlamentarias, algunos de sus miembros podrían abstenerse en la votación, con lo que pondrían en peligro la precaria mayoría de seis votos con que cuenta el Gobierno. El resultado depende de que el Parlamento vote sobre la política conjunta del Gobierno o, aisladamente, sobre su decisión en relación con los misiles norteamericanos.

En la RFA, el Partido Verde protestó también por la decisión del Gobierno belga, que calificó de "acto inconsecuente y desmoralizador para la política de desarme". Los verdes consideran que, en contra de lo afirmado el sábado por Martens, el despliegue de este armamento puede poner a prueba las negociaciones en Ginebra.

Un granjero holandés ofreció por escrito a la URSS su granja de 44 hectáreas para la instalación de misiles SS-20 en caso de que el Gobierno de su país tome la misma decisión que Bruselas.

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