Radical descenso del cáncer de mama en Suecia

Una disminución de cerca del 30% en la mortalidad por cáncer de mama se ha verificado en Suecia como consecuencia de la aplicación del método de la mamografía, consistente en un estudio radiográfico de los senos. Los resultados de una experiencia parcial iniciada en dos provincias del norte del país en 1977 se dieron a conocer la semana pasada por la Dirección Nacional de Asuntos Sociales y se consideran altamente satisfactorios, hasta el punto de que las autoridades se proponen la aplicación masiva de dicho método a todas las mujeres por encima de los 40 años.La evaluación de la experiencia r...

Una disminución de cerca del 30% en la mortalidad por cáncer de mama se ha verificado en Suecia como consecuencia de la aplicación del método de la mamografía, consistente en un estudio radiográfico de los senos. Los resultados de una experiencia parcial iniciada en dos provincias del norte del país en 1977 se dieron a conocer la semana pasada por la Dirección Nacional de Asuntos Sociales y se consideran altamente satisfactorios, hasta el punto de que las autoridades se proponen la aplicación masiva de dicho método a todas las mujeres por encima de los 40 años.La evaluación de la experiencia realizada, en la que fueron investigadas 135.000 mujeres, se considera muy positiva y expertos del Instituto de Cáncer de Lyon señalaron que puede servir de base para experiencias similares en otros países.

En Suecia se producen anualmente unos 4.000 casos de cáncer de mama, de los cuales unos 1.600 son mortales en razón del descubrimiento tardío de los tumores. La mamografía tiene precisamente por objeto localizar tempranamente cualquier alteración de los tejidos del seno, lo que permite una intervención quirúrgica más sencilla y con mayores posibilidades de evitar la reiteración de los tumores.

La experiencia piloto tuvo el coste de unos 30 millones de coronas y antes de iniciarse hubo muchas polémicas en tomo a la conveniencia de su realización, no sólo por razones económicas sino también porque muchos médicos desconfiaban de la fiabilidad del método y eran reticentes por la carga de radiactividad que deben recibir las pacientes.