Hassan II prepara una 'revolución' interna que afectará a su círculo de consejeros

Para marcar con solemnidad el 3 de marzo, el 24º aniversario de su entronización, Hassan II, según fuentes políticas, se propone llevar a cabo una auténtica revolución -en el sentido etimológico del término-, cuyo aspecto más importante es la nueva política económica, y el más significativo, las reformas de su aparato de poder real y del Gobierno.

Una vez anunciado el nuevo Gobierno, que se espera en breve, se procederá a una virtual renovación de la diplomacia, con cambios en una veintena de embajadas y consulados importantes. Según se estima, entre los embajadores que cambian se e...

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Para marcar con solemnidad el 3 de marzo, el 24º aniversario de su entronización, Hassan II, según fuentes políticas, se propone llevar a cabo una auténtica revolución -en el sentido etimológico del término-, cuyo aspecto más importante es la nueva política económica, y el más significativo, las reformas de su aparato de poder real y del Gobierno.

Una vez anunciado el nuevo Gobierno, que se espera en breve, se procederá a una virtual renovación de la diplomacia, con cambios en una veintena de embajadas y consulados importantes. Según se estima, entre los embajadores que cambian se encuentran, al parecer, los de París, Madrid, Atenas, Ankara y otras capitales. Después de gestiones discretas, Marruecos y Mauritania parecen haber llegado a un acuerdo de reanudación de relaciones diplomáticas, aunque no inminente. En todo caso, el monarca marroquí parece haber considerado ya para ese puesto en Nuakchott a R. Haddaui, jefe de gabinete del primer ministro.Después de la admisión de la República Saharaui (RASD) en la Organización para la Unidad Africana (OUA), e incluso desde mucho antes, la diplomacia marroquí ha sido objeto de constantes ataques. Se le reprocha una presunta falta de perseverancia en el seguimiento de los expedientes que le han sido confiados. El actual ministro de Exteriores, Abdelha Hed Belzis, es uno de los que se consideran salientes.

Dado que en Marruecos todas las decisiones las toma personalmente el rey Hassan II, sus intenciones sólo son perceptibles a través de las previsiones que formula la clase política. De acuerdo con ellas -y esto pudiera ser lo más significativo-, el rey Hassan II parece estar considerando una renovación de buena parte de sus consejeros privados, quienes, desde su ascenso al trono constituyeron, por su proximidad al monarca, el verdadero poder político paralelo al del Gobierno que resulta del juego electoral de los partidos políticos.

En los medíos políticos de Rabat se insiste en que el influyente consejero Reda Guedira, el hombre detrás de todas las grandes maniobras políticas desde 1961, puede ser nombrado embajador en París. Ahmed Bensuda, otro influyente consejero, a cargo de los asuntos árabes del reino, iría destinado a la Embajada en El Cairo, cuando se reanuden las relaciones diplomáticas. La capacidad de trabajo de algunos de los otros consejeros y hombres de palacio se ve limitada por la edad o la enfermedad en algún caso.

Estos supuestos cambios en el Majzen -que serán, de producirse, una primicia histórica en Marruecos-, se completarán con el ascenso a las proximidades del monarca del actual ministro de Información, Abdellatif Filafi, quien, con reputación de liberal, se encargaría de formar un nuevo equipo para el monarca con graduados universitarios.

Al parecer, el rey Hassan II pretende con ello iniciar en el ejercicio del poder al príncipe heredero, Sidi Mohamed, que este año finaliza sus estudios de derecho. El monarca quiere proyectarle hacia el futuro, se indica, con una imagen de juventud, tecnocracia y modernismo, los tres aspectos con que se quiere marcar la sustitución de la clase política histórica del movimiento nacional que llevó al país a la independencia.

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Estos movimientos, que en Rabat se califican de auténtica transición generacional y política, se completan con un nuevo giro económico llamado a tener grandes y graves, según la oposición repercusiones, y que se puede sintetizar con una palabra: liberalización. A principios de febrero debe entrar en vigor un nuevo programa general de importaciones que eliminará o reducirá drásticamente las barreras proteccionistas. El mundo industrial vive en total efervescencia a la espera de unas medidas que, grosso modo, responden a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional.

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