ASTURIAS

El padre del bebé arrojado por una ventana del Hospital General se querella contra el centro

Ricardo Navarro, padre del bebé de 40 días que falleció el pasado 22 de octubre tras ser arrojado al vacío desde una ventana del Hospital General de Asturias por un niño de ocho años, ha presentado una querella criminal contra el gerente de este centro sanitario, José Luis San Miguel, por presunto delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte.

Los hechos ocurrieron en la noche del pasado 22 de octubre, coincidiendo con el relevo del personal sanitario de la planta destinada a pediatría. Un niño de ocho años internado también en el hospital, J. A. G. J., oyó "llorar al pequeño ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ricardo Navarro, padre del bebé de 40 días que falleció el pasado 22 de octubre tras ser arrojado al vacío desde una ventana del Hospital General de Asturias por un niño de ocho años, ha presentado una querella criminal contra el gerente de este centro sanitario, José Luis San Miguel, por presunto delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte.

Los hechos ocurrieron en la noche del pasado 22 de octubre, coincidiendo con el relevo del personal sanitario de la planta destinada a pediatría. Un niño de ocho años internado también en el hospital, J. A. G. J., oyó "llorar al pequeño y lo tiró por la ventana para jugar con él, al día siguiente, en el jardín", según su propio testimonio. Semanas más tarde se comentó en ambientes próximos al hospital que el padre del presunto autor de la muerte del bebé acostumbraba a tirar a sus hijos por la ventana del carromato en que vivía con su familia cuando los pequeños se ponían a llorar.El padre de la víctima, ha declarado que "si un niño de ocho años puede hacer algo así, hasta llegar a forzar una ventana, es fácil deducir que las condiciones de seguridad eran inexistentes".

Por el contrario, los responsables del Hospital General, ubicado en Oviedo y dependiente de la Administración autonómica demostraron tras ocurrir el suceso que las ventanas del servicio de pediatría disponen de un sistema de seguridad que únicamente permite su apertura hasta un tope máximo de aproximadamente 14 centímetros, a partir del cual quedan bloqueadas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En