Huelga de los futbolistas argentinos para obtener la libertad de contratación

La Asociación de Futbolistas Argentinos Agremiados inició ayer una huelga indefinida, ante la demora de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en conceder la libertad de contratación a los jugadores del Boca Juniors. Once profesionales de este club no cobraron los sucesivos porcentajes de aumento de salarios concedidos por el Gobierno a todos los trabajadores. El conflicto motivó la intervención del sindicato y del Ministerio de Trabajo, quien dictaminó que la reclamación era legítima y obligó a la AFA a ordenar la libertad de contratación, medida a la que se niega la Asociación del Fútbol h...

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La Asociación de Futbolistas Argentinos Agremiados inició ayer una huelga indefinida, ante la demora de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en conceder la libertad de contratación a los jugadores del Boca Juniors. Once profesionales de este club no cobraron los sucesivos porcentajes de aumento de salarios concedidos por el Gobierno a todos los trabajadores. El conflicto motivó la intervención del sindicato y del Ministerio de Trabajo, quien dictaminó que la reclamación era legítima y obligó a la AFA a ordenar la libertad de contratación, medida a la que se niega la Asociación del Fútbol hasta que no sea autorizada por el Boca. Anoche continuaba una reunión entre las partes para tratar de evitar la huelga.La decisión de los jugadores profesionales del fútbol argentino, que obliga a suspender todos los partidos previstos este fin de semana de las ligas afiliadas a la AFA, era una medida esperada desde hace por lo menos un mes. La resolución extrema del sindicato de jugadores era la única respuesta que le quedaba frente a la situación creada por los clubes y la Asociación (AFA) que los reúne.

Ya en julio de este año, los profesionales del club Atlanta habían reclamado los aumentos otorgados por el Gobierno. La AFA consultó entonces al Ministerio de Trabajo para que se pronunciara sobre si correspondían o no, de acuerdo con el convenio colectivo de trabajo que rige a los jugadores de fútbol. Veinte días después, el Ministerio confirmó lo que se sabía: "Los aumentos otorgados por el Gobierno son para todos los trabajadores". El problema se agravó cuando profesionales de otros clubes se adhirieron a la reclamación.

La situación se mantuvo en un estado de discusión y no trascendió hasta que no participaron en ella los jugadores del Boca. Una cuestión de política interna de ese club, acosado por las deudas, hizo estallar el conflicto. La plantilla del Boca, conducida por Guillermo Coppola, el apoderado que maneja los intereses de la mayoría de los jugadores, se unió en contra del presidente del club, Domingo Corigliano, a quien acusaron de no cumplir las promesas que había hecho cuando asumió la presidencia, tras ganar las elecciones.

Tras las declaraciones y comunicados que se cruzan las partes, debe leerse que el conflicto responde más a intereses políticos que económicos y se reduce al club Boca Juniors. Esa institución, que mantiene deudas desde la época en que contrató a Maradona, hace cuatro años, reconoce un pasivo de cuatro millones de dólares, de los que debe pagar 400.000 antes de fin de este año. Los jugadores lograron, con su actitud, hacer renunciar al presidente y a toda la comisión directiva. El Boca, uno de los clubes más importantes de el país, quedó en manos de sólo cinco personas, tiene a todos sus empleados en paro y ha solicitado la intervención del Gobierno.

Si acaso le faltaba algo a la gravísima situación que atraviesa el fútbol argentino era una huelga de jugadores. Las jornadas de la liga se suceden dejando su secuela de muertos y heridos por enfrentamientos de las llamadas barras bravas. Todos los conflictos y las contradicciones de la sociedad argentina, que sufre también uno de los peores momentos de su historia, se revelan y estallan en los estadios de fútbol. Las recaudaciones se han reducido a menos de la mitad, los partidos se juegan ante tribunas vacías y la calidad de los espectáculos decae por la falta de estímulo. Como en un desgraciado modelo a escala, el fútbol argentino, que por su raíz hondamente popular ha expresado desde siempre los sentimientos de sus habitantes, descubre también ahora las sombras más negras de la trágica noche militar. Y aún no acaba de aclarar.

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