Un atentado recibe en Belfast al nuevo ministro británico para el Ulster

Un policía y un agente de tráfico gravemente heridos al ser ametrallados desde un automóvil en marcha, en Belfast, ha sido el recibimiento del IRA al nuevo ministro para Asuntos de Irlanda del Norte, Douglas Hurd. Hurd, que fue nombrado el pasado lunes, viajó ayer a la capital del Ulster para entrevistarse con las autoridades locales. Su llegada coincidió con más de 20 alertas por amenaza de bombas en diferentes puntos de la ciudad.El nombramiento del nuevo ministro para Asuntos de Irlanda del Norte, diplomático y ex número dos del Ministerio del Interior, ha sido acogido a nivel político con ...

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Un policía y un agente de tráfico gravemente heridos al ser ametrallados desde un automóvil en marcha, en Belfast, ha sido el recibimiento del IRA al nuevo ministro para Asuntos de Irlanda del Norte, Douglas Hurd. Hurd, que fue nombrado el pasado lunes, viajó ayer a la capital del Ulster para entrevistarse con las autoridades locales. Su llegada coincidió con más de 20 alertas por amenaza de bombas en diferentes puntos de la ciudad.El nombramiento del nuevo ministro para Asuntos de Irlanda del Norte, diplomático y ex número dos del Ministerio del Interior, ha sido acogido a nivel político con división de opiniones. Los protestantes recuerdan con disgusto la entrevista que mantuvo en 1978 con el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, que, por su parte, le recuerda como un funcionario "pomposo y tonto". Sólo el líder de los católicos moderados, John Hume, le ha ofrecido su apoyo.

Hurd tendrá que tomar decisiones rápidas. La primera de ellas mantener o no la actitud de firmeza frente a los 10 presos protestantes que prosiguen su huelga de hambre para exigir que todos los detenidos unionionistas sean trasladados a la misma prisión. La segunda, qué hacer con la Asamblea Local de Irlanda del Norte, puesta en pie por su predecesor, James Prior, y bloqueada por los protestantes y católicos radicales.

La situación en Irlanda del Norte continúa siendo explosiva, como lo demuestran los continuos atentados y las periódicas revueltas en los barrios católicos, aunque Londres alegue que el número de muertos ha disminuido radicalmente desde el aciago año 1972.

Desde la llegada de las tropas británicas, en agosto de 1969, han muerto en atentados o enfrentamientos en Irlanda del Norte 2.391 personas, incluyendo 377 soldados y 721 policías. El hecho de que el número de muertos haya disminuido en los dos últimos años no implica que se haya alcanzado un nivel tolerable de violencia, no sólo según la opinión de los propios habitantes de Irlanda del Norte, sino en la de todos los británicos que, según los sondeos, están hartos del permanente goteo de sangre.

La presencia del Ejército, que cumplió el pasado mes de agosto su 15º aniversario en el Ulster, no ha servido para mejorar la situación desde un punto de vista político. Bien al contrario, los católicos se deslizan progresivamente desde el moderado Partido Socialdemócrata y Liberal, presidido por Hume al Sinn Fein, rama política del IRA. Belfast y Londonderry muestran en sus paredes y edificios las señales de tiroteos y atentados. Su desempleo es el más elevado del Reino Unido. Frente a esta situación se han levantado voces, reclamando una mayor audacia e iniciativa por parte del Gobierno británico.

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