AP protesta contra la enseñanza del catalán en la franja oriental aragonesa
El comité ejecutivo regional de Alianza Popular de Aragón se ha mostrado contrario a la política lingüística que pretende realizar el Gobierno aragonés en la franja oriental de la región, con la implantación de clases de catalán, con carácter experimental y optativo, durante el próximo curso.
En una reunión celebrada este fin de semana, los aliancistas dijeron que no es positiva la enseñanza del catalán y que los poderes públicos deben proteger y divulgar los diferentes dialectos de las comarcas aragonesas de la zona oriental, limítrofe con la región de Cataluña.
Estas crític...
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El comité ejecutivo regional de Alianza Popular de Aragón se ha mostrado contrario a la política lingüística que pretende realizar el Gobierno aragonés en la franja oriental de la región, con la implantación de clases de catalán, con carácter experimental y optativo, durante el próximo curso.
En una reunión celebrada este fin de semana, los aliancistas dijeron que no es positiva la enseñanza del catalán y que los poderes públicos deben proteger y divulgar los diferentes dialectos de las comarcas aragonesas de la zona oriental, limítrofe con la región de Cataluña.
Estas críticas de AP vienen a sumarse a las que recientemente formularon 23 profesores de Educación General Básica que ejercen su labor docente en dicha zona de Aragón y que se mostraban partidarios de que se realizasen previamente estudios sobre la estructura y diferencias dialeciales de la zona. Los citados maestros solicitaban, igualmente, que se consultase a todos los aragoneses que se verían afectados por los política lingüística que se proyecta implantar. Por otra parte, el comité ejecutivo regional de AP se mostró contrario a la puesta en marcha de un tercer canal de televisión autonómica, ya que considera prioritario la total cobertura en Aragón de los dos nacionales existentes.
Asimismo, el comité ejecutivo aliancista, criticó el plan económico regional, elaborado por el Ejecutivo aragonés, pues lo consideran "un mal plan económico con una prosa utópica y grandilocuente".