Preocupación en las empresas españolas por el bloqueo en la negociación del gas argelino

La posibilidad de una ruptura en las negociaciones hispano-argelinas sobre el gas preocupa enormemente a los empresarios y hombres de negocios españoles establecidos en Argelia, que ven en perspectiva una costosísima guerra económica, y también a la diplomacia española, que no descarta que esa confrontación económica se extienda al terreno político.Cerca de 800 empresas españolas trabajan o comercian con Argelia, y temen perder un mercado que ya en 1983 descendió a 656 millones de dólares, medio centenar de millones menos que en 1982, como primera advertencia argelina. Las perspectivas de ese ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La posibilidad de una ruptura en las negociaciones hispano-argelinas sobre el gas preocupa enormemente a los empresarios y hombres de negocios españoles establecidos en Argelia, que ven en perspectiva una costosísima guerra económica, y también a la diplomacia española, que no descarta que esa confrontación económica se extienda al terreno político.Cerca de 800 empresas españolas trabajan o comercian con Argelia, y temen perder un mercado que ya en 1983 descendió a 656 millones de dólares, medio centenar de millones menos que en 1982, como primera advertencia argelina. Las perspectivas de ese mercado eran que se elevasen hasta 1.350 o 1.500 millones de dólares -o sea, el 10% de la capacidad argelina de compra-, una cifra que se manejó extraoficialmente en las primeras discusiones sobre el gas.

Los empresarios establecidos en Argel estiman que la falta de solución del conflicto del gas puede llevar a una situación muy grave. Consciente de ello quizá, el director general de Política Comercial, Juan Badosa, ha dado orden a las oficinas comerciales de España en Argel de mantener un hermetismo total con los periodistas españoles. Este sigilo se comprende, pues, entre otros muchos cálculos, la oficina comercial española en Argel ha sometido al Gobierno una lista de más de 80 empresas españolas que han quedado colocadas en primer lugar en concursos para proyectos argelinos y los van a perder debido a la ausencia de solución para el contencioso del gas. El importe calculado de esos contratos-base que se podrían ganar supera los 60.000 millones de pesetas, lo cual significa que los contratos totales podrían alcanzar la cifra de 120.000 millones.

Comercio Exterior y Exteriores mantienen la opinión optimista de que aquellas empresas españolas que sean competitivas obtendrán sus contratos de todas maneras, una pretensión que la citada lista contradice totalmente. Comercio Exterior se basa exclusivamente en el caso excepcional de Entrecanales, Huarte y Agromán (Enhua), que en diciembre pasado obtuvieron un contrato por valor de 18.000 millones de pesetas.

300.000 millones de pesetas de riesgo

El riesgo financiero contraído por España en Argelia se eleva ya a los 300.000 millones de pesetas. La presión argelina para obligar a España a aceptar sus condiciones ha sido hasta ahora gradual. Desde que comenzó el conflicto, las empresas españolas que trabajaban en el sector de la industria pesada y la energía argelinas no han recibido más trabajo. Las ventas al sector siderúrgico y las que giraban alrededor de la Sonatrach descendieron en el mismo período en un 70%.Desde 1983, el bloqueo a las empresas españolas es total. El 13 de mayo pasado, el Gobierno argelino envió una orden circular a sus empresas y banca conminándolas a bloquear todas las relaciones comerciales con España.

Mientras que las relaciones hispano-argelinas se degradan en lo económico y comercial, no cabe duda en los medios españoles de Argel de que en una segunda etapa esa degradación se extenderá a lo político.

Desde la firma del contrato de gas, en 1975, el Sáhara ha estado de alguna manera mezclado en estas negociaciones. La demanda de un estatuto diplomático para el Frente Polisario en Madrid, coincidiendo con la última negociación del gas, no podía menos que incomodar a la parte española, y fue interpretada por la Prensa española y extranjera como un intento suplementario de presión.

Archivado En