Luto en el Kremlin

Entre Stalin y 1984

Poco más de 60 años han transcurrido desde la muerte de Lenin, en enero de 1924, y la subsiguiente ascensión de Stalin al poder en la URSS, hasta la desaparición de Yuri Andropov, jefe del Estado y secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).El próximo 5 de marzo se cumple el 31º aniversario de la muerte de Stalin. Sin embargo, este hombre -que convirtió a la URSS en potencia mundial a costa de grandes sacrificios y sangrientas purgas, que derrotó a la Alemania hitleriana y que marcó profundamente la estructura del Estado soviético- ha desaparecido del calendario ofic...

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Poco más de 60 años han transcurrido desde la muerte de Lenin, en enero de 1924, y la subsiguiente ascensión de Stalin al poder en la URSS, hasta la desaparición de Yuri Andropov, jefe del Estado y secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).El próximo 5 de marzo se cumple el 31º aniversario de la muerte de Stalin. Sin embargo, este hombre -que convirtió a la URSS en potencia mundial a costa de grandes sacrificios y sangrientas purgas, que derrotó a la Alemania hitleriana y que marcó profundamente la estructura del Estado soviético- ha desaparecido del calendario oficial de conmemoraciones soviéticas.

Si Lenin concibió la tesis del socialismo en un solo país, Stalin la profundizó, enterrando físicamente la teoría de Trotski sobre la revolución mundial y abriendo el camino de su conversión en soporte ideológico de una política de potencia al servicio del Estado soviético, posteriormente consolidada por sus sucesores, especialmente por Leonid Breznev.

Muerto Stalin en 1953, Nikita Jruschov inició la desestalinización y consolidó el potencial industrial de la URSS, pero fracasó en su política agraria, auténtico talón de Aquiles del régimen soviético, lo que, junto con el impacto que supuso la ruptura política e ideológica con China, precipitó su caída en 1964.

Su sucesor, Breznev, abrió una nueva etapa en la URSS, basada en el pragmatismo, en la modernización y el desarrollo del socialismo real, buscando un aumento sensible del bienestar de los ciudadanos soviéticos.

En el terreno interno, Breznev impuso una flexibilización en el sistema de limitaciones de las libertades individuales, tarea en la que se vio favorecido por el control que ejercía sobre el aparato del PCUS y por el apoyo que le brindó su gran amigo Andropov, entonces director del Comité de Seguridad del Estado (KGB).

En el terreno exterior, la era Breznev es la de la distensión al máximo nivel en las relaciones Este-Oeste. Los tiempos de la guerra fría (Stalin) estaban lejos o no habían vuelto aún (últimos meses de la jefatura de Andropov). Los acuerdos con Estados Unidos sobre armamento nuclear y la Conferencia de Helsinki son claros exponentes de ello.

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Pero si Stalin provocó la primera fractura en el mundo comunista con la ruptura con el yugoslavo Tito, y Jruschov la agrandó con el cisma chino, Breznev acabó provocando el distanciamiento de los más importantes partidos comunistas de Europa occidental, que condenaron las invasiones soviéticas de Checoslovaquia y Afganistán (lo hicieron tambien con la de Hungría en tiempos de Jruschov) y la normalización polaca.

Andropov sucede a Breznev en noviembre de 1982. Abre entonces una época de transición, caracterizada por la lucha contra la corrupción y la renovación de los dirigentes. De un total de 158 primeros secretarios regionales del PCUS, 35 fueron renovados (es decir, el 22 %). En el aparato gubernamental, el porcentaje de cambios es similar y, al parecer, es muy superior en el ámbito de la dirección de las grandes empresas estatales.

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