Estallido social en Marruecos

La entrada de periodistas, rigurosamente prohibida

ENVIADO ESPECIAL

La entrada a periodistas estaba ayer rigurosamente prohibida en Tánger, en cuyo puerto fueron rechazados dos enviados especiales del diario EL PAIS. Los pasaportes de ambos redactores fueron retenidos por la policía marroquí al principio del viaje, en el rnismo momento en que se presentaron, a poco de comenzar la la travesía, al funcionario marroquí de aduanas encargado de expedir las visas.

En contra de la norma con los restantes pasaportes, que eran sellados por el citado funcionario y devueltos a sus propietarios, los de los informadores fueron retenidos p...

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ENVIADO ESPECIAL

La entrada a periodistas estaba ayer rigurosamente prohibida en Tánger, en cuyo puerto fueron rechazados dos enviados especiales del diario EL PAIS. Los pasaportes de ambos redactores fueron retenidos por la policía marroquí al principio del viaje, en el rnismo momento en que se presentaron, a poco de comenzar la la travesía, al funcionario marroquí de aduanas encargado de expedir las visas.

En contra de la norma con los restantes pasaportes, que eran sellados por el citado funcionario y devueltos a sus propietarios, los de los informadores fueron retenidos por los funcionarios marroquíes que, al descubrir el oficio de periodistas reflejado en el documento, se interesaron por el medio a que pertenecían. Tras asegurar que los pasaportés se rían devueltos a la llegada a Tánger, para los correspondientes trámites de aduana, el policía marroquí que se los apropió desapareció para el resto de la travesía.

Más información

A la llegada a Tánger, la salida del barco se efectuó por una estrecha puerta en la que se situó otro policía marroquí que examinaba pacientemente todos los pasaportes en busca del visado correspondiente. Cuando hubo salido todo el pasaje y quedaban sólo los dos informadores de este periódico, afirmó no saber nada de sus pasaportes, y se negó a dar ninguna explicación al respecto. Sólo tras hora y media de espera, y con el barco ya a punto de regresar a Algeciras, se presentó otro policía marroquí que devolvió los pasaportes a sus propietarios y se limitó a decirles que no estaba autorizada su presencia en el país. Rehusó con malos modos hacer ninguna aclaración sobre la negativa.

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