El desarme europeo, en juego

Kissinger propone nombrar negociadores especiales para relanzar el diálogo Este-Oeste

El ex secretario de Estado norte americano Henry Kissinger lanzó ayer la idea de que las dos super-potencias nombren sendos representantes especiales para relanzar el diálogo entre el Este y el Oeste Ambos tendrían que contar con la plena confianza de los jefes de Gobierno y de los ministros de Asuntos Exteriores, y disfrutar de acceso directo a ellos. Asimismo, sus trabajos deberían llevarse a cabo sin publicidad alguna."La discusión inicial debería ser filosófica y conceptual y no encaminada a lograr acuerdos concretos al principio". Kissinger expuso ayer esta opinión con ocasión de la confe...

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El ex secretario de Estado norte americano Henry Kissinger lanzó ayer la idea de que las dos super-potencias nombren sendos representantes especiales para relanzar el diálogo entre el Este y el Oeste Ambos tendrían que contar con la plena confianza de los jefes de Gobierno y de los ministros de Asuntos Exteriores, y disfrutar de acceso directo a ellos. Asimismo, sus trabajos deberían llevarse a cabo sin publicidad alguna."La discusión inicial debería ser filosófica y conceptual y no encaminada a lograr acuerdos concretos al principio". Kissinger expuso ayer esta opinión con ocasión de la conferencia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de la Universidad de Georgetown. Ante los periodistas, Kissinger negó que estuviera pensando en sí mismo para esta misión, pues "haría falta una persona más aceptable para la derecha norteamericana".

Kissinger habló de la necesidad de un "diálogo político y serio al más alto nivel", pero rechazó una cumbre bilateral prematura. En cuanto a las medidas (le creación de confianza, como las que se van a discutir en la Conferencia de Desarme en Europa (CDE), les dio un significado periférico.

Pero para este diálogo "es hora de que los aliados europeos abandonen la charada de que su principal objetivo en política exterior es moderar a una América intransigente", considerando Kissinger que cuanto mayores son las diferencias entre Europa y EE UU, más difícil se vuelve el diálogo Este-Oeste. Kissinger lo quiere todo a la vez. Buenas, relaciones transatlánticas y una mayor defensa convencional en Europa occidental, sin renunciar la OTAN a usar la primera las armas nucleares. "Ningún líder de occidente osa hoy afirmar lo que su estrategia le dicta: que para evitar una derrota se vería obligado a recurrir a las armas nucleares".

Europa y los euromisiles

Los ataques más duros fueron contra la actitud europea ante los euromisiles. "En 1979, la OTAN no osó anunciar su decisión en términos militares... e hizo el despliegue una vez comprobado el fracaso de las negociaciones. La decisión fue fatídica". Para Kissinger, el debate sobre la limitación a Europa de una posible guerra nuclear "era absurdo", pues EE UU tenía ya miles de armas tácticas en Europa". Los euromisiles "no aña dían nada a la capacidad norteamericana para devastar Europa", siendo su mayor característica que pueden alcanzar la URSS. Kissinger mantiene la tesis de que estas armas establecen el eslabón entre las fuerzas estratégicas estadounidenses y la defensa de Europa, indicando que si hubiera sido para propósitos puramente norteamericano, hubiera sido más fácil desplegarlas en barcos.Kissinger se mostró a favor de fundir estas negociaciones con las START (sobre armas; estratégicas) si sirviera para que los soviéticos salvaran la cara, e indicó que en el futuro, cuando cuenten con más cabezas, las fuerzas nucleares francesas y británicas deberían incluirse en las START.

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