Las medidas francesas contra ETA

La adhesión de España a la CEE, segundo paso esperado en Madrid en el marco de la cooperación con Francia

"Las medidas policiales adoptadas por Francia contra los etarras suponen la primera acción de las que se van a producir y en las que el Gobierno de Mitterrand va a mostrar su apoyo a España", manifestaron ayer fuentes gubernamentales. El cambio de actitud de Francia, que puede llevar a la firma antes del verano del tratado de adhesión de España al Mercado Común, es fruto de la actividad diplomática llevada a cabo directamente por Felipe González, desde que tomó posesión, cerca del Gobierno de París y de los primeros mandatarios de países como Estados Unidos, Alemania Occidental, Italia, Austri...

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"Las medidas policiales adoptadas por Francia contra los etarras suponen la primera acción de las que se van a producir y en las que el Gobierno de Mitterrand va a mostrar su apoyo a España", manifestaron ayer fuentes gubernamentales. El cambio de actitud de Francia, que puede llevar a la firma antes del verano del tratado de adhesión de España al Mercado Común, es fruto de la actividad diplomática llevada a cabo directamente por Felipe González, desde que tomó posesión, cerca del Gobierno de París y de los primeros mandatarios de países como Estados Unidos, Alemania Occidental, Italia, Austria y Grecia, que a su vez han presionado a las autoridades francesas para la adopción de medidas contra los miembros de ETA y para resolver la cuestión de la adhesión de España a la CEE.

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El Gobierno de Felipe González estima que las medidas adoptadas por Francia son el comienzo de una nueva etapa, en la que el apoyo a las reivindicaciones españoles se hará más patente en, los seis meses de presidencia gala en el Mercado Común. El presidente francés, Mitterrand, ha adoptado la postura de liderar la ampliación de la Comunidad Económica Europea, lo que conlleva el ingreso de España. Entre el mantenimiento de una postura nacionalista y a adopción de una actitud europeísta, el presidente francés ha optado por la segunda. A ello contribuye según observadores españoles, el hecho de que Mitterrand esté convencido de que en las próximas elecciones al Parlamento Europeo no va a obtener resultados satisfactorios.En el tema terrorista ha sido de terminante la insistente campaña desarrollada por Felipe González, que no ha desaprovechado ninguno de sus contactos internacionales para plantear el tema. La primera conversación formal la mantuvo en junio último, en la finca El Hosquillo, de Cuenca, cuando e reunió con el primer ministro francés, Pierre Mauroy, con el que volvió a conversar en Grecia con motivo de la reunión de jefes de Gobierno socialistas del pasado mes de septiembre, y más recientemente en Buenos Aires, con ocasión de la toma de posesión del presidente Raúl Alfonsín.

El encuentro con Mitterrand

La entrevista decisiva fue la mantenida en París el pasado 20 de diciembre con el presidente de la República Francesa, François Mitterrand. Felipe González, al regreso de la capital gala, se limitó a indicar su esperanza en la resolución del tema terrorista, tesis que había mantenido en el debate sobre el estado de la nación el 20 de septiembre y en la conferencia de prensa del pasado 23 de diciembre, a pesar de que tenía pleno convencimiento de que Francia iba a poner en marcha sus medidas.

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La asunción por parte de Felipe González de la dirección de la política diplomática se considera que ha sido fundamental en el cambio de actitud francesa. El presidente del Gobierno español, en la reunión que mantuvo con Mitterrand en París, admitió que el problema ETA es español y no francés, pero insistió en su tesis de que "la solución del rompecabezas empieza por Francia". Felipe González recordó una vez más al presidente francés los numerosos actos delictivos cometidos por miembros de ETA, y el dato concreto más manejado fue el de las 300 víctimas de las fuerzas de seguridad del Estado.

Desde Madrid se considera que la actuación de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) no ha sido, por tanto, determinante para la adopción de medidas contra los etarras, pero sí se estima que ha podido servir para acelerar la puesta en práctica de los planes previstos.

La insistencia del presidente español en los foros internacionales y los contactos personales con jefes de Estado y de Gobierno ha posibilitado que Estados Unidos, Alemania Occidental, Italia, Grecia y Austria hayan presionado a François Mitterrand.

Felipe González está haciendo valer su buena relación con los presidentes de los gobiernos centroamericanos para que éstos permitan el establecimiento en sus países de etarras expulsados de Francia.

En medios diplomáticos se entiende que se ha producido en los últimos tiempos una combinación de elementos que ha favorecido la nueva situación. Se considera que el Gobierno socialista de Felipe González podría adoptar ante la opinión pública española posiciones favorables a la participación en la OTAN, siempre que se lograran resultados tangibles en la cooperación internacional contra el terrorismo de ETA, en la adhesión a la CEE y en la cuestión de Gibraltar. Ello podría influir también en un cambio de actitud de Madrid sobre el Tratado de No Proliferación Nuclear, que se niega a firmar. El acercamiento español a Israel, país con el que parece próximo el establecimiento de relaciones diplomáticas, puede estar influyendo en el nuevo contexto de la política internacional española.

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