Nuevo Estado en el Mediterráneo

Ankara parece convencida de que Atenas limitará su reacción por la independencia turco-chipriota al terreno diplomático

El Gobierno turco parece convencido de que Atenas limitará su reacción por la proclamación del nuevo Estado turco-chipriota al terreno paramente diplomático, según la valoración que la Prensa de este país hace del acontecimiento que ha servido para reavivar la siempre latente rivalidad con Grecia. El centro de la crisis se ha desplazado desde la isla mediterránea a Nueva York, donde en el ámbito de las Naciones Unidas se intenta encontrar una salida a la situación.

Chipre no volverá a ser nunca más invadida, y tanto el Gobierno de Ankara como el de Atenas, aseguran medios informados de ...

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El Gobierno turco parece convencido de que Atenas limitará su reacción por la proclamación del nuevo Estado turco-chipriota al terreno paramente diplomático, según la valoración que la Prensa de este país hace del acontecimiento que ha servido para reavivar la siempre latente rivalidad con Grecia. El centro de la crisis se ha desplazado desde la isla mediterránea a Nueva York, donde en el ámbito de las Naciones Unidas se intenta encontrar una salida a la situación.

Chipre no volverá a ser nunca más invadida, y tanto el Gobierno de Ankara como el de Atenas, aseguran medios informados de esta capital, tendrán que plegarse a alguna fórmula negociadora para intentar evitar el asentamiento definitivo de dos Estados en Chipre.El reforzamiento militar, tanto griego como turco, en las últimas 24 horas en la frontera común es interpretado, por consiguiente, más como gesto para las respectivas galerías que como algo a tener seriamente en cuenta.

El Gobierno de Ankara, que parece sinceramente sorprendido por el momento en que su aliado chipriota, Rauf Denktash, decidió erigirse en presidente de un nuevo Estado, no se ha sorprendido, sin embargo, por la reacción de la Comunidad Económica Europea al solicitar que nadie reconozca a la República Turca de Chipre del Norte.

Los turcos, aunque están obligados política y moralmente a respaldar cualquier acto que decida Denktash -puesto que es, indudablemente, el hombre fuerte de la comunidad turco-chipriota-, parecen saber que el único éxito que puede alcanzar la decisión de su aliado es el de forzar una negociación con el único Gobierno chipriota reconocido, el de Spyros Kyprianu, desde posiciones de mayor fuerza. En esta tesis coincide la mayor parte de la Prensa turca, que ha recordado, sin demasiada parafernalia, la invasión de Chipre por sus tropas en 1974.

Ankara, que sigue más preocupada por su situación política interna que por los sucesos de Chipre, aprovecha la audaz iniciativa de Denktash para recordar que la solución para el conflicto de la isla mediterránea es la de una federación que permita a las dos comunidades un autogobierno de hecho. Tras la creación de esta federación, Turquía estaría dispuesta, a retirar sus 26.000soldados de Chipre, según la versión semioficial.

Rauf Denktash hizo ayer su primera visita a Turquía desde que es jefe de un Estado independiente, aunque se trató de una simple escala en Estambul, de camino hacia Nueva York, donde el líder turcochipriota participará en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en la que intervendrán los ministros de Asuntos

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Exteriores de Turquía, Grecia y Chipre. No parece que ninguno de ellos vaya a modificar sustancialmente sus posiciones respecto a la mediación que hasta ahora ha llevado el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar.

Quien también ha salido para Nueva York es el presidente Kyprianu, que ayer se entrevistó en Atenas con el presidente Constantino Caramanlis y con el primer ministro griego, Andreas Papandreu. Hoy llegará a Londres, con la intención de pedir a la primera ministra británica que no reduzca su intervención en la crisis a la de simple garante de la independencia chipriota, sino que medie directamente en el contencioso. Desde Londres, el presidente griego volará a Nueva York para entrevistarse con el secretario general de la ONU.

Poco antes de salir de Nicosia, Kyprianu declaró que descartaba el recurso a la violencia para resolver "el compló de Denktash" y propuso que la comunidad internacional adopte un bloqueo económico como el impuesto en su día contra el régimen rodesiano de Ian Smith.

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