El PSC apoya la continuidad de cuatro grupos de electrodomésticos de la 'línea blanca'

Los dirigentes del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE) han tomado cartas en, el asunto de la reconversión del sector de electrodomésticos línea blanca. EL PSC apoya el mantenimiento del grupo Corberó como tal grupo integrado (Corberó, Domar y Nueva Bru). Esta posición supone la defensa de un mínimo de cuatro grupos en el sector, frente al diseño inicial de la comisión del plan de reconversión, que prevé el desmantelamiento del grupo catalán.

La postura de los socialistas catalanes, adoptada en la ejecutiva del pasado 31 de octubre, incluye la defensa de que existan cuatro gr...

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Los dirigentes del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE) han tomado cartas en, el asunto de la reconversión del sector de electrodomésticos línea blanca. EL PSC apoya el mantenimiento del grupo Corberó como tal grupo integrado (Corberó, Domar y Nueva Bru). Esta posición supone la defensa de un mínimo de cuatro grupos en el sector, frente al diseño inicial de la comisión del plan de reconversión, que prevé el desmantelamiento del grupo catalán.

La postura de los socialistas catalanes, adoptada en la ejecutiva del pasado 31 de octubre, incluye la defensa de que existan cuatro grupos empresariales en el sector, uno más que los previstos por la comisión ejecutiva del plan de reconversión. Con ello, se produce la unanimidad de las fuerzas sociales, empresariales y políticas catalanas, lo que puede prefigurar la apertura de negociaciones en regla sobre el asunto, a lo que nosotros estamos dispuestos", según indicó a este diario el responsable del área de Gobierno del partido socialista, Lluís Armet.A esta toma de posición se llegó después de que el secretario general del PSC, Raimon Obiols, el propio Armet y el responsable del área económico-social, Santiago Riera, iniciaran hace un mes y medio una serie de contactos y estudios conjuntamente con la dirección ugetista y los responsables empresariales del sector. Como producto de estos contactos se elaboró un documento de trabajo en el que se expresa el doble temor de que, de cumplirse. el diseño de la comisión del plan, desaparezca la empresa Domar, como ocurrió con la factoría reusense de Crolls, y de que se llegue a un "desmantelamiento de las estructuras y organización del grupo Corberó, de muy difícil reposición".

Para evitar este doble peligro, los dirigentes socialistas propugnan cuatro medidas, consensuadas con el sindicato UGT y la patronal: asignación prioritaria al grupo Corberó del paquete de acciones de Domar que hoy posee el Fondo de Garantía de Depósitos; instrumentación de la reconversión "sobre un mínimo de cuatro grupos", sin excluir la colaboración entre ellos; cumplimiento de los compromisos adquiridos en la anterior reconversión; y desbloqueo de las ayudas administrativas prometidas 211 grupo catalán.

La voluntad de conservar y consolidar el mencionado grupo se apuntala, indica Armet, "en que éste es autóctono, ha demostrado una voluntad empresarial de continuidad, ha hecho honor a sus compromisos mediante una política siempre coordinada con las sindicales y tiene unas expectativas de resultados positivos". Así, el grupo Corberó ha tenido un cash flow (beneficios más amortizaciones) positivo de 173 millones en 1981 y de 618 en 1982, frente ' a unas pérdidas de 2.787 millones en 1981 y de 2.336 millones en 1982 del grupo navarro Sogellesa.

Ruptura del mercado

Según la postura socialista, si la reconversión se basa casi exclusivamente en dos multinacionales (Philips y Zanussi), como se ha planteado inicialmente, las posibilidades exportadoras se reducirán, puesto que el 85% de las ventas al exterior corresponde a las empresas autóctonas; existe el peligro de que las firmas internacionales abandonen el sector, como ha ocurrido en otros (Fiat en automoción, Montsanto en químicas); y, además, su tecnología no es en este sector imprescindible.Por otra parte, el socialismo catalán llama la atención sobre el hecho de que, en palabras de Lluís Armet, "las ayudas discriminatorias de las distintas Administraciones provocan una ruptura del mercado y una clara discriminación territoriX.

Este toque de atención se refiere a que, aparte de las ayudas de la Administración central, el Gobierno vasco ha concedido un aval de 500 millones a Fabrelec; la Diputación Foral de Navarra ha comprometido ayudas de hasta 4.650 millones (una parte ya ha sido dispuesta) al grupo navarro y la Generalitat ha avalado sólo por 100 millones al grupo catalán, lo que evidencia una intervención pública descoordinada y distorsionadora de la competencia.

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