Una red ineficaz de protección civil

Las inundaciones de octubre del pasado año en diversas comarcas valencianas evidenciaron especialmente la inexistencia de una red de actuación y comunicaciones eficaces en protección civil. La tardanza con que se avisó del inminente peligro a localidades como Alcira y Carcagente, que resultaron ser de las más afectadas, fue una consecuencia de esta situación que ahora se intenta paliar.El mayor beneficio que hemos obtenido de la catástrofe", indica el vicepresidente del Consell de la Generalitat valenciana, Felipe Guardiola, "es que se han mentalizado mucho desde entonces la ciudadanía y los p...

Las inundaciones de octubre del pasado año en diversas comarcas valencianas evidenciaron especialmente la inexistencia de una red de actuación y comunicaciones eficaces en protección civil. La tardanza con que se avisó del inminente peligro a localidades como Alcira y Carcagente, que resultaron ser de las más afectadas, fue una consecuencia de esta situación que ahora se intenta paliar.El mayor beneficio que hemos obtenido de la catástrofe", indica el vicepresidente del Consell de la Generalitat valenciana, Felipe Guardiola, "es que se han mentalizado mucho desde entonces la ciudadanía y los poderes públicos ante las catástrofes". Guardiola insiste en que esta afirmación la hace "sin ningún asomo de ironía" y cree que a partir de las inundaciones se está pensando seriamente en subsanar las deficiencias que existen, por ejemplo, en la red de comunicaciones de los órganos relacionados con las tareas de protección civil.En el momento en que sobrevinieron las inundaciones, la Generalitat, todavía presidida con carácter preautonómico por Enrique Monsonís, carecía de competencias en los asuntos de protección civil. La parcela de actuación que correspondió a este organismo fue la de salud pública, ya entonces totalmente transferida a la Consejería de Sanidad y Seguridad Social, a cuyo frente estaba entonces el socialista Ángel Luna.

En sanidad, se optó por abandonar medidas tales como la vacunación masiva ante el peligro de aparición de epidemias, en favor de objetivos que se estimaron más prioritarios, como la destrucción de cadáveres de animales muertos a causa de la inundación. Éste fue el centro de la actuación sanitaria durante semanas, y mediante la incineración o los enterramientos en cal viva se consiguió hacer desaparecer de las zonas inundadas en un período relativamente breve el principal posible foco de epidemias.