Moscú no revelará su respuesta a los euromisiles hasta que comience el desipliegue en diciembre

El Kremlin no piensa perder las esperanzas de obtener un acuerdo en Ginebra, al menos hasta finales de año, cuando comiencen los preparativos para la instalación de 572 Pershing 2 y misiles de crucero en cinco países europeos. Entre tanto, seguirá negociando y no desvelará cuál será su respuesta a las nuevas armas de alcance medio que Estados Unidos desplegará en el continente. Sólo entonces dirá también si continúa o no las negociaciones de Ginebra.

Estas ideas son las únicas que pueden extraerse del relato ofrecido ayer por la Prensa soviética sobre el diálogo mantenido en Viena duran...

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El Kremlin no piensa perder las esperanzas de obtener un acuerdo en Ginebra, al menos hasta finales de año, cuando comiencen los preparativos para la instalación de 572 Pershing 2 y misiles de crucero en cinco países europeos. Entre tanto, seguirá negociando y no desvelará cuál será su respuesta a las nuevas armas de alcance medio que Estados Unidos desplegará en el continente. Sólo entonces dirá también si continúa o no las negociaciones de Ginebra.

Estas ideas son las únicas que pueden extraerse del relato ofrecido ayer por la Prensa soviética sobre el diálogo mantenido en Viena durante el fin de semana por los ministros de Asuntos Exteriores de la URSS y la República Federal de Alemania, Andrei Gromiko y Hans Dietrich Genscher, respectivamente. Siguen en pie, pues, las dos incógnitas que estaban planteadas antes del encuentro: cuál será exactamente la respuesta soviética al inicio de la siembra de los euromisiles y si Moscú se retirará o no de la mesa negociadora de Ginebra.Las sutiles expresiones utilizadas en la nota de Tass en la que se informaba del diálogo Gromiko-Genscher da más margen a la especulación que a la certeza. Lo único seguro en esa información es que "sigue habiendo posibilidad de acuerdo" mientras no comience el despliegue de los euromisiles, lo que garantiza que, hasta entonces, el Kremlin no piensa romper el diálogo.

Los viajes de Gromiko

En los mentideros diplomáticos de Moscú se cree que quizá los soviéticos decidan interrumpir las conversaciones de Ginebra una vez que haya comenzado la instalación de los euromisiles, pero que esta interrupción sería muy breve, dado que es el Kremlin el principal interesado en alcanzar un compromiso que disminuya la cifra prevista de 572 cohetes, ya que no puede lograr su completa supresión.

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El veterano diplomático soviético sigue, entre tanto, trabajando con gran actividad: después de asistir en Sofía a la cumbre ordinaria semestral de los ministros de Asuntos Exteriores del Pacto de Varsovia y de entrevistarse con Genscher en Viena, ayer llegó a Berlín Este para celebrar, durante dos días, conversaciones con las autoridades germanoorientales y, probablemente, estar presente en la reunión de jefes de Gobierno del Comecon (Mercado Común de los países comunistas). Este viaje toma especial importancia si se tiene en cuenta que la RDA sería uno de los dos países -el otro sería Checoslovaquia- en los que la URSS podría instalar nuevas armas de alcance medio como respuesta a los euromisiles.

No se cree que de este viaje salgan nuevos datos que iluminen la incógnita de cuál será la respuesta soviética a los euromisiles. La visita que Andropov tiene previsto realizar a Bulgaria la próxima semana -la primera que hará al extranjero desde que accedió al poder, hace 11 meses- tampoco parece que desvelará este misterio, que puede prolongarse hasta el próximo mes de enero.

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