Más manifestaciones en Manila, pese a las amenazas de Marcos
Miles de estudiantes se manifestaron ayer por la mañana en Manila a pesar de las advertencias del Gobierno, mientras los empleados y los funcionarios se preparaban también para tomar las calles, inaugurando de esta manera las protestas antigubernamentales previstas por la oposición para esta semana.
El presidente del consejo de estudiantes, Efrén Turla, declaró que las amenazas lanzadas el domingo en televisión por el presidente Ferdinand Marcos, y reiteradas nuevamente en la mañana de ayer, en las que el primer mandatario filipino reafirma su propósito de acabar con los disturbios ...
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Miles de estudiantes se manifestaron ayer por la mañana en Manila a pesar de las advertencias del Gobierno, mientras los empleados y los funcionarios se preparaban también para tomar las calles, inaugurando de esta manera las protestas antigubernamentales previstas por la oposición para esta semana.
El presidente del consejo de estudiantes, Efrén Turla, declaró que las amenazas lanzadas el domingo en televisión por el presidente Ferdinand Marcos, y reiteradas nuevamente en la mañana de ayer, en las que el primer mandatario filipino reafirma su propósito de acabar con los disturbios callejeros, no harán sino reforzar la determinación de los estudiantes. Según Turla, las manifestaciones estudiantiles "fueron siempre pacíficas", pero han sido perturbadas a menudo por una serie de provocadores que actúan bajo las órdenes del Ejército.
Por su parte, la Organización Unida Nacionalista y Democrática (UNIDO, que reagrupa a 12 partidos de la oposición) ha reaccionado calificando la alocución televisada de Marcos como un desenfreno que constituye una primicia histórica. El presidente de UNIDO, Salvador Laurel, declaró que "cuando los cuadros del mundo de los negocios se echan a la calle, es que la situación es realmente grave". Laurel dijo que las protestas callejeras reflejaban el ultraje público provocado por el asesinato del líder de la oposición, Benigno Aquino. "El problema", manifestó Laurel, "es una total pérdida de confianza que Marcos no puede remediar mediante amenazas. La mayoría silenciosa ya no es silenciosa, y ya no tiene miedo".