Esperanzador contacto de la guerrilla salvadoreña con el Gobierno y con el enviado de Reagan

La insistencia de la guerrilla salvadoreña en proponer una solución negociada a la guerra civil de su país ha logrado ya unos primeros resultados: sus representantes se reunieron el lunes simultáneamente con la comisión gubernamental de paz, en Bogotá, y con el enviado especial norteamericano, Richard Stone, en San José. A falta de logros más espectaculares, que no cabía esperar, ya es bastante que en ambos casos los interlocutores hayan decidido volver a reunirse.La entrevista de Stone con Guíllermo Ungo y Rubén Zamora, los representantes más cualificados de la oposición moderada, tuvo lu...

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La insistencia de la guerrilla salvadoreña en proponer una solución negociada a la guerra civil de su país ha logrado ya unos primeros resultados: sus representantes se reunieron el lunes simultáneamente con la comisión gubernamental de paz, en Bogotá, y con el enviado especial norteamericano, Richard Stone, en San José. A falta de logros más espectaculares, que no cabía esperar, ya es bastante que en ambos casos los interlocutores hayan decidido volver a reunirse.La entrevista de Stone con Guíllermo Ungo y Rubén Zamora, los representantes más cualificados de la oposición moderada, tuvo lugar a última hora del lunes, en presencia del presidente de Costa Rica, Luis Alberto Monge, y el ministro de la presidencia, Fernando Berrocal.

Las dos partes se negaron a hacer declaraciones al término de esta entrevista, aunque trascendió que habían acordado volver a reunirse ayer. La impresión dominante es de un moderado optimismo, pese a que subsiste el equívoco sobre la misión de Stone, que se considera a sí mismo como un intermediario en el conflicto, en tanto que la izquierda le adjudica un papel de negociador en nombre de Estados Unidos, país al que consideran como una fuerza beligerante.

Para los insurgentes, el auténtico mediador es el presidente Monge, quien por su parte declaró a la Prensa que su intervención tiene un estricto carácter humanitario, ya que está tratando de contribuir a la pacificación del país centroamericano.

Algunas de estas cuestiones previas deben ser abordadas en las reuniones iniciales, que tienen temario abierto. No parece, sin embargo, que ninguno de los interlocutores esté poniendo demasiado énfasis en problemas de procedímiento, que podrían conducir las conversaciones al fracaso.

La reunión de Bogotá tuvo carácter preliminar, por tratarse del primer contacto directo entre los integrantes de la comisión de paz salvadoreña y los insurgentes, representados en esta ocasión por Óscar Bonilla y Carlos Medina. El presidente colombiano, Belisario Betancur, que fue testigo de la entrevista, declaró a su término que se había tratado de una conversación preparatoria para establecer el procedimiento de una futura reunión, a celebrarse en un lugar todavía no definido.

Precisó que este primer encuentro se había concertado durante la gira que él mismo realizó recientemente por El Salvador, junto con el presidente panameño, Ricardo de la Espriella, como parte de los esfuerzos que realiza el grupo de Contadora por la paz en Centroamérica.

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Por decisión de las autoridades salvadoreñas, la guerra civil de su país se ha sacado de la agenda de Contadora, por tratarse de un conflicto nacional que no desean díscutir con otros Gobiernos. Pero, al mismo tiempo, han aceptado los buenos oficios del grupo para entablar un diálogo directo con los insurrectos.

El presidente de la comisión de paz, Fernando Quiñones., calificó de trascendental la reunión. "Son millones de personas las que anhelan la paz en mi país", agregó. "Por eso nos hemos reunido, buscando el diálogo entre las partes enfrentadas".

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