Tribuna:

Yanes

Este señor/monseñor Yanes, Elías Yanes, es que nos está liando. Obispo donde los haya, defiende la libertad educativa y las subvenciones estatales -contradicción tomasiana de términos- hasta hacemos olvidar que lo suyo es una libertad dentro de la reclusión católica.Desde la presidencia de la Comisión de Enseñanza (del episcopado, supongo) ha sabido mantener en pie la escuela católica (a la cual llama, curiosamente, "escuela libre": no lo sería la católica ni la marxista). Se dice de él que ha aunado criterios en la plural Iglesia española. Ahí le duele. La Iglesia española es...

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Este señor/monseñor Yanes, Elías Yanes, es que nos está liando. Obispo donde los haya, defiende la libertad educativa y las subvenciones estatales -contradicción tomasiana de términos- hasta hacemos olvidar que lo suyo es una libertad dentro de la reclusión católica.Desde la presidencia de la Comisión de Enseñanza (del episcopado, supongo) ha sabido mantener en pie la escuela católica (a la cual llama, curiosamente, "escuela libre": no lo sería la católica ni la marxista). Se dice de él que ha aunado criterios en la plural Iglesia española. Ahí le duele. La Iglesia española es plural. España no ha dejado de ser católica, señor Azaña -las creencias tardan mucho más en morir que las ideas, pues que están fosilizadas, como el hombre ese que han encontrado por Granada, un españolazo más entero que Díaz de Mendívil-, sino que el catolicismo español, monotemático y monoteísta en sus tiempos, don Manuel, hoy es plural, como reconoce la Iglesia misma. Y tienen hasta contradicciones internas -como el capitalismo: van de modernos-, porque unos obispos son menos episcobispales que otros, por ejemplo Iniesta, el obispo cheli de Vallecas, que me lleva y me trae en su insufrible dos caballos. 0 el nada obispo y jesuita, o ex, Díez-Alegría, que me manda desde Vallecas sus Rebajas teológicas de otoño en verano), resistiéndose a ponerle a su audaz libro el título que yo le sugerí (uno, cuando menos, sabe titular): Teología de Vallecas. En estos curas y en el sempiterno Llanos, que me manda cartas, artículos, poemas, cosas, me parece a mí que está el cristianismo catacumbal de hoy.

La fe del español nuevo se ha desprendido en un día, como se desprende el amor o una postilla. Carmen Ordóñez, nacionalcatólica de ex/Blas Piñar, sale en la portada de Diez Minutos, muy bella, en bikini y levantándose un poco la camiseta para que se le vea más el material. Parece que el reciente documento del Pleno episcopal es en buena medida obra del señor/ monseñor Yanes. Así está el tema. Se dice que la inmensa mayoría de las familias españolas ha optado por la libertad de enseñanza, y los portavoces de la Iglesia tampoco mienten en esto: los institutos del Estado, donde antes se hacía el bachillerato y ahora algo similar, están a tope de peticiones. La gente ya va dejando de querer colegios privados para la enseñanza libre -curiosa paradoja-, y las mejores familias (descontadas las familias tipo/Urquijo, con todos los respetos para su horrible desgracia) buscan institutos para sus chicos/chicas.

En Madrid, el más conservador -hasta se dice que lo controla el Opus- parece que es el Ramiro de Maeztu (Serrano/María de Molina). La ecología urbana influye, y hasta el nombre del centro. Por los Carabancheles hay un instituto muy progre donde trabaja el poeta Benito de Lucas, que acaba de enviarme un nuevo y bello libro. Frente al Maeztu, un instituto que hay en la calle de Puerto Rico, donde le dimos un homenaje póstumo al galaicoexiliado Blanco Amor, parece el más progre. El seflor/monseñor Yanes no es que luche contra el ministro socialista de la cosa, sino que lucha contra la sociedad española en transición y cambio, hasta esos 10 millones de votos/PSOE, que no son sólo obreros, qué van a ser, que no son tanto socialismo como regeneracionismo.

Don Lucas Mallada lo explicaba muy bien: el "bisel atlántico" y el "bisel mediterráneo" detienen las nubes e impiden que en España Hueva. Eso es lo que hay que remediar. Los obispos, como decía Bertrand Russell, "son partidarios de remediarlo mediante la oración". Con los niños, lo mismo. Un niño es una hectárea de hombre. Hay que salvar España hectárea a hectárea.

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