Pasan al juez las diligencias sobre la munición descubierta en un centro sanitario

El juez de guardia recibió ayer las diligencias policiales y los casi 2.000 cartuchos que fueron descubiertos el lunes en el ambulatorio de la Seguridad Social Hermanos Miralles, situado en la puerta de Toledo. El Insalud (Instituto Nacional de la Salud) ha abierto una investigación oficial sobre el caso, y la policía continúa trabajando en torno al extraño descubrimiento, sin que por el momento haya encontrado pistas concretas sobre los responsables del cargamento de munición. El doctor Antonio Santos Rámila, director del ambulatorio, sostiene que se trata de una maniobra dirigida contra su p...

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El juez de guardia recibió ayer las diligencias policiales y los casi 2.000 cartuchos que fueron descubiertos el lunes en el ambulatorio de la Seguridad Social Hermanos Miralles, situado en la puerta de Toledo. El Insalud (Instituto Nacional de la Salud) ha abierto una investigación oficial sobre el caso, y la policía continúa trabajando en torno al extraño descubrimiento, sin que por el momento haya encontrado pistas concretas sobre los responsables del cargamento de munición. El doctor Antonio Santos Rámila, director del ambulatorio, sostiene que se trata de una maniobra dirigida contra su persona.

Santos Rámila, que no oculta su ideología ultraderechista, declaró a los responsables del Insalud que las cajas con la munición no podían llevar más de cuatro días en la biblioteca, puesto que en esa estancia se realizan varias reuniones cada mes y hubieran sido descubiertas por el personal del ambulatorio.Sin embargo, la policía continúa investigando en torno al médico, dos de cuyos hijos fueron procesados y encarcelados en la prisión de Ciudad Real por su presunta participación en hechos violentos, aunque las indagaciones se orientan también al autor de la anónima llamada telefónica que puso sobre la pista de los cartuchos, que al parecer está ya identificado.

Los cartuchos -2.000 y no 3.000, como calculó en un principio la policía, que informó erróneamente al gobernador civil de Madrid-, fueron encontrados en tres cajones. Uno contenía 75 cajas, cada una con 25 cartuchos del calibre 9 milímetros Parabellum, otro guardaba 49 cartuchos de la misma munición y, el último, 24 cartuchos de calibre 9 milímetros corto especial. La munición es de fabricación belga.

"Buscan el escándalo"

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Antonio Santos Rámila, que negó tajantemente tener conocimiento del asunto cuando le visitó el miércoles en su despacho un redactor de este periódico, manifestó ayer que había reaccionado de este modo "porque pretendía que no se organizara un escándalo".

El médico afirmó que su despacho está presidido por la fotografla del Jefe del Estado, el rey Juan Carlos, "en obligado cumplimiento de mi deber", y que "los bustos de Franco y José Antonio se encuentran allí por lealtad a mi juventud y a mi vejez".

El director explicó ayer que el lunes acompañó a dos inspectores de policía en el registro practicado en la biblioteca del ambulatorio como consecuencia de una llamada telefónica anónima al 091. El comunicante ofreció a la policía, al parecer, la localización exacta de la caja de munición, que se encontraba en el lugar descrito cubierta de polvo, en contraste con los demás objetos, y "en clara exposición", según el doctor Santos Rámila.

El responsable del ambulatorio, que ocupa el puesto desde hace 38 años, asegura que los dos policías coincidieron con él en que los cartuchos no podían llevar mucho tiempo en el armario donde se encontraron, puesto que en fecha reciente se habían realizado obras en la dependencias y se había utilizado aquella sala como vestuario de los obreros, sin que nadie observara la presencia de la caja.

Manifestó también que la munición tuvo que ser colocada a propósito, por lo menos tres o cuatro días antes, "buscando el consiguiente escándalo entre los nu*embros del comité de empresa", que tenía una reunión en la misma sala una hora después de la anónima llamada a la policía.

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