Marruecos, al fondo

No cabe duda de que el viaje de dos días que el presidente González inicia hoy a Marruecos es una excelente oportunidad para que el tópico de la obligación de entendimiento bilateral se convierta, si no en una realidad instantánea, sí en una base para un futuro de cooperación desprovista de animosidad.El objetivo es difícil, pero el encuentro entre el presidente del Gobierno español y el monarca marroquí viene precedido de un gran esfuerzo comun para facilitar este inevitable entendimiento.

La prioridad marroquí en la agenda de viajes del presidente González, que efectúa su prime...

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No cabe duda de que el viaje de dos días que el presidente González inicia hoy a Marruecos es una excelente oportunidad para que el tópico de la obligación de entendimiento bilateral se convierta, si no en una realidad instantánea, sí en una base para un futuro de cooperación desprovista de animosidad.El objetivo es difícil, pero el encuentro entre el presidente del Gobierno español y el monarca marroquí viene precedido de un gran esfuerzo comun para facilitar este inevitable entendimiento.

La prioridad marroquí en la agenda de viajes del presidente González, que efectúa su primera salida oficial como jefe del Ejecutivo español, es, además de una prueba de interés por los problemas que más directamente nos afectan, un gesto que, sin duda, tendrán en cuenta en Rabat.

Por parte marroquí, parece inexcusable poner sobre la mesa de diálogo, y no de negociaciones, el tema de Ceuta y Melilla. Pero, al mismo tiempo, el nacionalismo marroquí parece leve y deliberadamente matizado para acoger en un clima distendido a Felipe González. De todos modos, la respuesta del presidente español al monarca alauí sobre este punto será clara: "Nadie puede pedir a otro que ceda en lo esencial, en lo que es parte integrante de su estructura".

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El contencioso en el Sáhara occidental será también otro de los puntos de las conversaciones hispano-marroquíes. Y sobre este tema habría que señalar que mantener una postura digna ante las reivindicaciones saharauis no debe representar un obstáculo para nuestro futuro entendimiento con Marruecos. EI panorama de posibilidades que se abre en la cooperación con nuestro vecino del sur necesita una vía libre de escollos añadidos a los estrictamente bilaterales.

Hoy se aborda, pues, uno de los capítulos más difíciles de la política exterior española. Tras la estancia del vicepresidente Guerra en Argel y el proyectado contacto con Túnez, comienza a perfilarse la política triangular magrebí, cuyo vértice más importante es, sin lugar a dudas, Marruecos.

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