Cartas al director

El agua en Canarias

EL PAIS publicó en su edición del 1-3-1983 un reportaje titulado "La autonomía canaria, enfrentada al reto de solucionar el abastecimiento de agua al archipiélago", firmado por Carmelo Martín. En ese reportaje aparecen unas afirmaciones mías, fruto de una conversación informal con el autor del reportaje, que deseo matizar al dar la impresión de un enfrentamiento personal entre el presidente del Gobierno autónomo, Jerónimo Saavedra, y yo. Vaya por delante mi reconocimiento a la valía profesional de su corresponsal.En una parte del trabajo se me atribuye la frase "total falta de ética" en refere...

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EL PAIS publicó en su edición del 1-3-1983 un reportaje titulado "La autonomía canaria, enfrentada al reto de solucionar el abastecimiento de agua al archipiélago", firmado por Carmelo Martín. En ese reportaje aparecen unas afirmaciones mías, fruto de una conversación informal con el autor del reportaje, que deseo matizar al dar la impresión de un enfrentamiento personal entre el presidente del Gobierno autónomo, Jerónimo Saavedra, y yo. Vaya por delante mi reconocimiento a la valía profesional de su corresponsal.En una parte del trabajo se me atribuye la frase "total falta de ética" en referencia al intento de la Administración de una socialización encubierta del agua en las islas. No me gusta ser maximalista, y hubiera preferido evitar la palabra total. Sobre el espíritu de lo dicho debemos remitirnos al documento de la Cámara, que habla por sí solo. En otro momento del reportaje se me cita con la frase "eso es como decir la vaca es suya, pero la leche es mía", en respuesta al presidente Saavedra. Es una expresión popular que circula entre los muchos miles de afectados en relación con el estudio realizado por la Administración anterior sobre el agua en Canarias, al que se alude en el reportaje. No es mía su paternidad ni la uso para tratar seriamente un tema tan importante como éste.

En general, quiero indicar que siempre evito utilizar frases tajantes. Canarias, por ser un archipiélago, no tiene continuidad territorial y, en consecuencia, el agua es un recurso insular, con independencia de toda consideración jurídica y régimen de la propiedad. En mi modesta opinión, el llamado, en materia de aguas, derecho especial canario ha sido erróneo, por tratar de unificar lo diverso. La costumbre nacida de la sabiduría popular, operando sobre las diversas realidades físicas de cada ínsula y, por qué no decirlo, de las idiosincrasias de sus respectivos pueblos, ha creado sus diferenciadas organizaciones, prácticas y modos de operar en cada isla, adaptadas a las condiciones propias. No es un capricho ni una casualidad que las cámaras de aguas sean insulares y no provinciales, como lo son las cámaras agrarias y de comercio, y menos, regionales. Han nacido por la necesidad de aglutinar el sector productivo hídrico insular, como nació, en lo político-administrativo, el Cabildo Insular, la institución más genuina, querida y arraigada en la vida, de cada isla. A partir de esta realidad, caben diversos planteamientos, todos respetables en principio, siempre que se encuentren dentro del respeto a los intereses legítimos de todas clases, públicos y privados, entre ellos el de la propiedad y libre disposición.

vicepresidente de la Cámara Insular de Aguas de Tenerife.

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