Fuerte caída de las importaciones de crudos en los países comunitarios

En los tres últimos años, la economía de los países de la Comunidad Económica Europea (CEE), en su globalidad, ha disminuido no sólo su consumo energético absoluto, sino también su dependencia del petróleo importado. Esta situación, según los observadores, se deriva de transformaciones estructurales en estos años -y no únicamente coyunturales- que ahora están en peligro con la baja del precio del crudo.En 1980, la CEE consumió un total de 943,9 millones de TEP (toneladas equivalentes de petróleo), un 52,3% correspondiente al petróleo, según datos facilitados por la Comisión Europea. En 1982, s...

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En los tres últimos años, la economía de los países de la Comunidad Económica Europea (CEE), en su globalidad, ha disminuido no sólo su consumo energético absoluto, sino también su dependencia del petróleo importado. Esta situación, según los observadores, se deriva de transformaciones estructurales en estos años -y no únicamente coyunturales- que ahora están en peligro con la baja del precio del crudo.En 1980, la CEE consumió un total de 943,9 millones de TEP (toneladas equivalentes de petróleo), un 52,3% correspondiente al petróleo, según datos facilitados por la Comisión Europea. En 1982, según los datos provisionales, este total ha caído a 891 millones de TEP, de los cuales un 48,7% son petróleo. El crecimiento de la energía nuclear ha sido notable, pasando de 42,7 millones de TEP (4,5% del total) en 1980 a 73 millones de TEP (7,1%) en 1982. Se prevé que en 1983 se produzca un aumento del 1,3% en el consumo total de energía en la CEE, disminuyendo aún más en términos absolutos la dependencia en el petróleo.

El cambio en la pauta energética de la CEE se ha basado, pues, en una reducción absoluta del consumo de petróleo y en un aumento de la energía nuclear. Otros sectores, como el carbón, el gas natural o la energía hidroeléctrica, se han mantenido estables. En 1982, la CEE importó un 47% neto de su energía consumida (y un 37% del petróleo), cuando en 1980 su dependencia energética del extranjero fue de un 55,8%.

Cambios estructurales

Indudablemente, a este resultado ha contribuido la crisis económica general, con un descenso total de la actividad junto a un aumento de la producción propia de energía. Pero, para la Comisión Europea, se trata también de cambios estructurales. La Comisión estima que la baja del precio del crudo "favorecerá el proceso de reactivación económica". Sin embargo, un "descenso brutal" de los precios tendría el riesgo de poner en peligro las políticas de los últimos diez años para reducir la dependencia petrolera.

Según esta visión, se puede relanzar a medio plazo el ciclo de los precios del crudo, que "provocaría nuevas perturbaciones en la economía mundial".

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