Polonia, Afganistán y desarme, en la agenda

El ministro de Asuntos Exteriores francés, Claude Cheysson, llegó ayer a Moscú para iniciar una visita de 48 horas. Tres temas ocuparán las entrevistas del jefe de la diplomacia gala: el desarme en Europa, Afganistán y Polonia. Cheysson tendrá como interlocutor en Moscú a su colega Andrei Groiniko, si bien no se descarta que el viernes, al final de su visita, sea recibido por el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Yuri Andropov.Son pocas las esperanzas que existen sobre los resultados del viaje de Cheysson. Se cree que repetirá personalmente los puntos de vis...

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El ministro de Asuntos Exteriores francés, Claude Cheysson, llegó ayer a Moscú para iniciar una visita de 48 horas. Tres temas ocuparán las entrevistas del jefe de la diplomacia gala: el desarme en Europa, Afganistán y Polonia. Cheysson tendrá como interlocutor en Moscú a su colega Andrei Groiniko, si bien no se descarta que el viernes, al final de su visita, sea recibido por el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Yuri Andropov.Son pocas las esperanzas que existen sobre los resultados del viaje de Cheysson. Se cree que repetirá personalmente los puntos de vista que París mantiene sobre le tema del desarme en Europa. Es decir: que la fuerza nuclear francesa es exclusivamente francesa y que, por ello, no ha de ser incluida -como pretende Moscú- en las negociaciones de Ginebra entre la Casa Blanca y el Kremlin sobre armas de alcance medio.

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El deterioro de las relaciones franco-soviéticas ha seguido un buen ritmo desde que Francois Mitterrand llegó, hace dos años, a la presidencia.

Mitterrand ha venido haciendo gala de posturas más atlantistas, que, naturalmente, han gustado poco en la URSS. De hecho, el nuevo presidente francés no venía sino a prolongar una situación de enfriamiento de relaciones que comenzó con la invasión de Afganistán, en diciembre de 1979.

El tema afgano es, precisamente, una de las cuestiones que se encuentra marcada en la agenda de Cheysson. Y, así como se cree que no habrá novedades sobre desarme, este asunto sí podría dar, eventualmente, alguna noticia.

Los soviéticos -deseosos, aparentemente, de librarse de este pesado fardo- parecen estar abiertos a una solución que no ponga en entredicho su favorable posición en Afganistán, país en el que sus tropas están presentes desde hace más de tres años. Por ello -y en el mejor de los casos-, sólo la cuestión afgana podría ofrecer alguna novedad.

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El último tema -Polonia- no se cree que dé mayores sorpresas. Los soviéticos parecen, dispuestos a seguir considerándolo como "una cuestión interna del Gobierno de Varsovia".

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