Cartas al director

Los jaraneros del 56

En la nota informativa titulada Los protagonistas de la primera oposición al franquismo recuerdan sus experiencias, publicada en EL PAIS del 5 de febrero de 1983, con motivo de la presentación del libro Jaraneros y alborotadores, se vierten conceptos que me parece pueden inducir a una equivocada interpretación de los sucesos de febrero de 1956 y de algunas de las personas que intervinimos en ellos.Se dice, por ejemplo, que todos pertenecíamos a las llamadas familias bien del país. He de señalar que esto es falso en mi caso, y no creo que sea el único: mi abuelo, rep...

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En la nota informativa titulada Los protagonistas de la primera oposición al franquismo recuerdan sus experiencias, publicada en EL PAIS del 5 de febrero de 1983, con motivo de la presentación del libro Jaraneros y alborotadores, se vierten conceptos que me parece pueden inducir a una equivocada interpretación de los sucesos de febrero de 1956 y de algunas de las personas que intervinimos en ellos.Se dice, por ejemplo, que todos pertenecíamos a las llamadas familias bien del país. He de señalar que esto es falso en mi caso, y no creo que sea el único: mi abuelo, republicano, murió en la cárcel -o, para ser más exacto, en su agonía fue enviado a casa, tal vez para evitar a sus carceleros ese trance incómodo-, y mi padre, por su intervención como mayor en el Ejército leal y de manera especial en la batalla del Ebro, hizo la vuelta a España de prisión en prisión durante años y tardó por dicha causa, y pese, a su profesión de ingeniero de caminos, décadas en conseguir una discreta posición económica. De manera que yo pertenecía a una familia mal.

En otro párrafo se nos califica como un "grupo de optimistas" que pensaban que tenían fuerza para acabar con el régimen. Verdad es que en la presentación del libro -sin duda por lo agradable del encuentro entre viejos compañeros- predominó un clima de alegría y no hubo dramatización de aquellos hechos. Pero verdad es también que los sucesos de febrero de 1956 fueron el resultado de una reflexión muy realista por nuestra parte; de un largo trabajo que algunos de nosotros iniciamos en 1954, que nos absorbió todo 1955 a través de las acciones del Congreso Universitario de Escri

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