'Cumbre' episcopal europea para tratar la propuesta de los obispos norteamericanos sobre el desarme

El Vaticano acogerá hoy y mañana una cumbre informal sobre los problemas del desarme y de la paz. Los protagonistas son los obispos norteamericanos, que quieren discutir con los presidentes de algunas conferencias episcopales de Europa -entre ellas las de la República Federal de Alemania, Francia y el Reino Unido- el documento por ellos preparado, que acabará siendo una importante carta pastoral.Este documento de la Iglesia estadounidense, capitaneada por el arzobispo de Chicago, cardenal Joseph Bernardin, es una fuerte denuncia contra las armas nucleares que lleva meses despertando rec...

El Vaticano acogerá hoy y mañana una cumbre informal sobre los problemas del desarme y de la paz. Los protagonistas son los obispos norteamericanos, que quieren discutir con los presidentes de algunas conferencias episcopales de Europa -entre ellas las de la República Federal de Alemania, Francia y el Reino Unido- el documento por ellos preparado, que acabará siendo una importante carta pastoral.Este documento de la Iglesia estadounidense, capitaneada por el arzobispo de Chicago, cardenal Joseph Bernardin, es una fuerte denuncia contra las armas nucleares que lleva meses despertando recelos y preocupaciones en la Administración del presidente Ronald Reagan.

Precisamente el tercer borrador de dicho texto fue discutido días atrás con algunos represnetantes de la Casa Blanca.

Según informaciones publicadas por la Prensa italiana, ha sido una frase del documento que se va a estudiar estos días en Roma con los otros episcopados europeos la que ha provocado las iras del presidente norteamericano, quien, al parecer, llegó a intervenir ante el mismo Papa a través del general Vernon Walters. La frase en cuestión asegura que "la actitud de Estados Unidos sobre la conservación de armas nucleares como objetivo disuasor ante el enemigo es claramente insatisfactoria desde el punto de vista moral".

Los obispos norteamericanos han recibido, por una parte, el espaldarazo del Vaticano y, por otra, han sido invitados a Roma para que su documento pueda ser controlado por el Papa antes de que llegue a convertirse en un documento oficial explosivo, tanto por el tema delicado que trata como por venir de un episcopado que representa la potencia política de mayor peso mundial.

En Roma se tiene la impresión de que el Papa quiere que dicho documento, que en algunos puntos no podrá dejar de escocer a las autoridades norteamericanas, puesto que en esta materia de desarme la doctrina de la Iglesia va más allá de la estrategia de la Casa Blanca, obtenga también el peso moral de las conferencias episcopales más importantes de Europa, como son las de la República Federal de Alemania, Francia y el Reino Unido. Al parecer, el Vaticano desea que, si es necesario, se limen algunas afirmaciones del documento, particularmente aquellas que pudieran herir la susceptibilidad de la Administración Reagan.