Reportaje:La integración de España en la Alianza Atlántica / 3

Dentro de dos años el Gobierno puede verse obligado a solicitar el 'si' en el referéndum sobre la OTAN

Fuentes oficiales estiman que el referéndum sobre la OTAN comprometido por el PSOE en su campaña electoral no podrá convocarse antes de dos años y para entonces es probable que el Gobierno se vea obligado a pronunciarse en favor del "si" a la adhesión. El proceder precipitado del anterior Gabinete de UCD, imbuido de un atlantismo de ocasión, panacea infalible contra el golpismo, ha dejado un escaso margen para defender ahora los intereses estratégicos nacionales. Incluso cuando el fragor polémico alcanzó más intensidad, el secretario general del partido socialista dejó siempre en claro que...

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Fuentes oficiales estiman que el referéndum sobre la OTAN comprometido por el PSOE en su campaña electoral no podrá convocarse antes de dos años y para entonces es probable que el Gobierno se vea obligado a pronunciarse en favor del "si" a la adhesión. El proceder precipitado del anterior Gabinete de UCD, imbuido de un atlantismo de ocasión, panacea infalible contra el golpismo, ha dejado un escaso margen para defender ahora los intereses estratégicos nacionales. Incluso cuando el fragor polémico alcanzó más intensidad, el secretario general del partido socialista dejó siempre en claro que su posición no era contraria a la OTAN sino al ingreso de España en la organización. Los datos disponibles permiten asegurar que en estos momentos la retirada del club atlántico haría que la Alianza se sintiera muy disminuida respecto de la situación en que se encontraba antes de la entrada española.

Se ha sabido que el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, dedicó la mayor parte de su estancia en Madrid los días 15 y 16 de diciembre pasado a escuchar a los nuevos responsables gubernamentales españoles pero no dejó de advertirles también con claridad. La postura de Washington sobre el "Convenio de amistad, defensa y cooperación entre España y los Estados Unidos de América", pendiente de ratificación por las Cortes Generales es muy firme. La Administración Reagan sólo parece aceptar una claúsula adicional aclaratoria en consonancia con la decisión española de congelar el proceso de integración militar en la OTAN, supuesto bajo el que se firmó el texto inicial el 2 de julio pasado. La participación de Madrid en la Alianza se entiende que no puede quedar en entredicho bajo una nueva redacción a la que en todo caso se opone el aliado americano. Toda pretensión en ese sentido llevaría, según Shultz, a iniciar de nuevo todo la negociación sobre supuestos a los que se asegura es muy refractario el Congreso de Washington.

En su comunicación al seminario sobre "Intereses estratégicos nacionales; percepciones y realidades" organizado conjuntamente por el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN) y la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo el pasado mayo, el teniente coronel de Caballería Angel Lobo Montero, actualmente destinado en la delegación permanente española ante la OTAN, se refería a la peculiaridad de la Alianza y a la dinámica del desarrollo de su estructura orgánica que ha creado de forma muy práctica y concreta unas relaciones en favor de la seguridad mutua resumidas en cuatro capítulos: 1. La consulta política permanente en el seno de la organización civil. 2. El intercambio constante de información y la puesta en contacto de los servicios de inteligencia de los países miembros. 3. El planeamiento común de Defensa realizado en determinadas áreas de responsabilidad por el Comité Militar dotado de capacidad para asumir la dirección internacional de las operaciones en caso de guerra. 4. El esfuerzo por el desarrollo de la cooperación en el aprovisionamiento de armas y el la racionalización de la logística militar, aunque en este aspecto haya graves limitaciones por la autonomía de que dispone cada nación en este campo.

El Estado Mayor Internacional

El general noruego Huitfeldt, director del Estado Mayor Internacional de la OTAN, explicaba recientemente a EL PAIS que la no integración de España en la estructura militar de la Alianza reduciría su papel al de mero observador sin influencia en el proceso de decisión y que perdería la ocasión de cooperar en ejercicios y en la planificación. Las Fuerzas Armadas. españolas, aclaraba, tendrán menos oportunidades de beneficiarse y aprender de las experiencias y de las nuevas ideas de los ejércitos de otros países. En su opinión, la ausencia de militares españoles en el Estado Mayor Internacional sería un daño para España y para la OTAN. Huitfeldt subrayó que la más importante contribución de nuestro país es política y militar y no meramente geográfica. En cuanto a las pretensiones adelantadas por el anterior ministro de Defensa en torno a la creación de un mando específicamente español aseguró que la OTAN no tiene dogmatismos previos y que estaría dispuesta a aceptar las soluciones que llegaran a negociarse de común acuerdo con Portugal.

El general Huitfeldt puso mucho énfasis en el carácter intergubernamental de la OTAN, sin mezcla de autoridad supranacional alguna y con pleno respeto a la soberanía plena de cada uno de los aliados. Explicó que en tiempo de paz las únicas fuerzas bajo mando OTAN son las de la Defensa Aérea integrada a causa del brevísimo plazo disponible para una adecuada reacción. La asignación de fuerzas tiene un carácter simbólico de solidaridad en el compromiso de la defensa común pero sólo implica responder ante el mando OTAN del grado de operatividad y de disponibilidad para actuar en la zona prevista.

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