La crisis política portuguesa está en manos democristianas

El partido democristiano portugués Centro Democrático y Social (CDS) aquejado de graves disidencias internas, se ha convertido en el principal protagonista de la crisis política que vive Portugal en estos primeros días del año, marcados por las temperaturas más bajas de este invierno y por importantes aumentos en los precios de los combustibles y el transporte público.

Mientras se forman grandes colas de automóviles en las gasolineras de todo el país, ante la inminente subida de la gasolina -el litro de super pasará a costar unas 105 pesetas litro-, el segundo partido de la coalició...

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El partido democristiano portugués Centro Democrático y Social (CDS) aquejado de graves disidencias internas, se ha convertido en el principal protagonista de la crisis política que vive Portugal en estos primeros días del año, marcados por las temperaturas más bajas de este invierno y por importantes aumentos en los precios de los combustibles y el transporte público.

Mientras se forman grandes colas de automóviles en las gasolineras de todo el país, ante la inminente subida de la gasolina -el litro de super pasará a costar unas 105 pesetas litro-, el segundo partido de la coalición gubernamental, Alianza Democrática (AD), no puede, o no quiere, mantenerse unido, y mucho menos al margen de las convulsiones internas que tanto criticó a su principal aliado, el Par tido Social Demócrata (PSD). El consejo directivo del CDS se reunió ayer, una vez más, para debatir la tenga situación interna creada tras las dimisiones del presidente y del número dos del partido, Diego Freitas do Amaral, y Basilio Horta.Francisco Lucas Pires, de 48 años, segundo vicepresidente del CDS, tiene ahora la pesada responsabilidad de encontrar una vía de compromiso entre las tendencias que se enfrentan, cada vez más abiertamente, en el partido fundado por Freitas do Amaral en 1974.

Lucas Pires aparece como la única figura democristiana que apoya la formación del que sería cuarto Gobierno de Alianza Democrática, presidido por el socialdemócrata Vitor Crespo. El tercer vicepresidente del CDS Vitor Sa Machado, desmintió ayer que fuera a dimitir, pero ha hecho declaraciones a favor de la convocatoria de nuevas elecciones como alternativa al Gobierno Crespo, al que considera débil.

Esta semana será decisiva para la resolución de la crisis abierta hace ya más de 15 días por la dimisión del primer ministro socialdemócrata, Francisco Pinto Balsemão.

Una semana en la que los portugueses sufrirán importantes aumentos de precios, que pueden entrar en vigor hoy o mañana y que, aparte del ya indicado de la gasolina, afectarán a la electricidad (30%), los transportes colectivos (entre el 24% y el 29%) y los taxis (24%).

Luas Pires debe hacer frente también a una progresiva rebelión de los dirigentes democristianos de las provincias, cuyo ejemplo más llamativo hasta ahora es el de la Federación de Setúbal, ciudad situada a 40 kilómetros al sur de Lisboa, que se declaró contraria al compromiso con el PSD, expresó su desconfianza hacia Lucas Pires y exigió la "creación de las condiciones necesarias para el regreso de Freitas do Amaral a la presidencia del partido".

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Todo ello debilitará sin duda la posición del CDS en la cumbre que deben celebrar los tres partidos de la alianza gubernamental -CDS, PSD y el pequeño Partido Popular Monárquico (PPM)- a mediados de esta semana para respaldar o no definitivamente el proyecto gubernamental de Vitor Crespo y presentar el mismo a la aprobación del presidente de la República.

Entre la derecha democristiana, claramente decidida a provocar la ruptura dentro de Alianza Democrática y convertir al CDS en el centro organizador del partido de la gran derecha", la corriente "centrista", acaudillada por los dimitidos Freitas do Amaral y Horta, Francisco Lucas Pires representa la "tercera vía", la vía de la temporización, que quiere permitir la celebración de los respectivos congresos nacionales del CDS y del PSD a finales de este invierno, y evitar la convocatoria de elecciones generales anticipadas.

Lucas Pires es uno de los mejores oradores democristianos,y como ministro de Cultura supo encontrar un área de diálogo con la oposición socialista y comunista, hasta el punto de que su programa, integrado en el del primer Gobierno de Pinto Balsemão, fue el único aprobado por unanimidad en el Parlamento.

Además, Lucas Pires es un "presidencialista" convencido y en diciembre de 1980 mostró escasas simpatías hacia el candidato a la jefatura del Estado, respaldado por la coalición gubernamental, Soares Carneiro. Desde la derrota de éste y la elección del general Ramalho Eanes, Pires ha manifestado repetidamente que AD debería encontrar la forma de colaborar de manera más positiva con el presidente de la República.

Eanes tiene el dilema de aprobar la formación del Gobierno presidido por Vitor Crespo -quien, ajeno a todas las disputas,-parece tener ya completado su Gabinete-, en caso de que éste consiga el apoyo de Alianza Democrática, o convocar nuevas elecciones. Algunos medios informativos señalaban ayer que el jefe del Estado es muy reticente a la primera de estas opciones y que podría dirigirse al país, a través de la televisión, el miércoles o jueves próximos para anunciar la disolución de la Asamblea de la República (Parlamento) y la celebración de elecciones anticipadas en la primavera.

Algunos comentaristas políticos apuntaban que la convocatoria electoral en abril o mayo supondría, en la práctica, no tener un Gobierno estable en Portugal hasta después del verano. Por el contrario, otros observadores se inclinan por esta solución antes que por la de un Gobierno de Vitor Crespo, carente de apoyos políticos y sociales, que sólo podría actuar como un Gabinete de gestión, tendría que enfrentar una "primavera caliente" en el plano laboral y sólo serviría para atrasar la convocatoria electoral hasta el otoño o, como máximo, el invierno.

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