La devaluación debería paliar el deterioro de la balanza de pagos

La devaluación de la peseta debe suponer, al menos teóricamente, una reducción del déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente y una mejora de la balanza de capitales, al tiempo que provocará -en base a las importaciones de carácter imprescindible, como son las energéticas- una elevación de los precios internos y un incremento de la inflación. La devaluación puede forzar aún más al nuevo Gobierno a adoptar en su primer Consejo de Ministros, anunciado para pasado mañana, un importante paquete de subidas de precios de distintos productos, que no había llegado a efectuar el Gobierno Calvo...

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La devaluación de la peseta debe suponer, al menos teóricamente, una reducción del déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente y una mejora de la balanza de capitales, al tiempo que provocará -en base a las importaciones de carácter imprescindible, como son las energéticas- una elevación de los precios internos y un incremento de la inflación. La devaluación puede forzar aún más al nuevo Gobierno a adoptar en su primer Consejo de Ministros, anunciado para pasado mañana, un importante paquete de subidas de precios de distintos productos, que no había llegado a efectuar el Gobierno Calvo Sotelo por razones electorales.El déficit de la balanza por cuenta corriente, según los últimos datos de registro de caja del Banco de España, ascendía a 3.309 millones de dólares a finales de septiembre. El propio banco emisor había anunciado una previsión de reducir el citado déficit este año en 1.200 millones de dólares, objetivo que difícilmente iba a ser cumplido, a la vista de la evolución de la balanza por cuenta corriente en el segundo semestre. La devaluación hará más viable este objetivo, aun que, al haberse producido en la primera semana de diciembre, difícilmente van a reflejarse sus efectos dentro del presente ejercicio. La reducción del déficit por cuenta corriente como consecuencia de la devaluación debe lograrse por una mejora en la competitividad de nuestras exportaciones (aunque, dada la situación del comercio internacional, los efectos de la depreciación sobre nuestras exportaciones van a ser limitados) y por una mejora de la productividad de la industria nacional frente a las importaciones.

En cuanto a la balanza de capitales, la devaluación persigue el retorno de capitales ligados a transacciones comerciales (bastantes exportadores han demorado la repatriación de divisas para beneficiarse de la depreciación) y una reducción del riesgo cambiario para nuevas operaciones de financiación con el exterior. La devaluación, hará retornar una parte al menos de los capitales sacados de España e interrumpirá el movimiento de salida de divisas que las perspectivas de devaluación había provocado. La devaluación, por otra parte, quiebra la cuantiosa pérdida de reservas internacionales de España (unos 4.000 millones de dólares, sin contar los ajustes del oro, hasta noviembre).

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