ECOLOGIA

Una tercera parte de la Tierra está formada por zonas áridas

Medio centenar de especialistas de todo el mundo, entre profesores y técnicos, contrastan sus teorías en busca de soluciones para detener el deterioro físico del planeta, en el Seminario sobre Zonas Aridas que se está celebrando estos días, organizado por el Instituto de Estudios Almerienses.

El profesor alemán G. Kunkel afirmó que la extensión inútil o inutilizada de la Tierra se acerca ya a una tercera parte de la misma. Unos cuarenta millones de kilómetros cuadrados son zonas áridas y el proceso de desertización no sólo no se detiene, sino que se acelera en sitios insospechados, ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Medio centenar de especialistas de todo el mundo, entre profesores y técnicos, contrastan sus teorías en busca de soluciones para detener el deterioro físico del planeta, en el Seminario sobre Zonas Aridas que se está celebrando estos días, organizado por el Instituto de Estudios Almerienses.

El profesor alemán G. Kunkel afirmó que la extensión inútil o inutilizada de la Tierra se acerca ya a una tercera parte de la misma. Unos cuarenta millones de kilómetros cuadrados son zonas áridas y el proceso de desertización no sólo no se detiene, sino que se acelera en sitios insospechados, como el Brasil, donde se cree que, antes de fin de siglo, pueden quedar devastadas la mitad de las tierras amazónicas. La pérdida diaria de bosques, según Kunkel, se calcula en unos trescientos kilómetros cuadrados.

El resto de las ponencias se centró en el estudio del medio físico almeriense, cuya desertización es alarmante. La sequía de 1981, dijo el naturalista Rufino Sagredo, amenazó especies tan resistentes como el esparto y la albaida, y en los últimos años ya no se ha visto ni un ejemplar de strágarus edulis, ni la lasiopogon muscoides, ni la linaria nigrican, especies que sólo se encuentran en Tabernas.

Por su parte, el profesor Gapel Molina destacó la importancia que tiene el relieve para canalizar las corrientes aéreas que influyen en las tormentas, como sucedió en la tormenta del 26 de octubre de 1977, y en la recientemente acaecida en el bajo Júcar el pasado 20 de octubre de 1982.

Para solucionar el problema específico del aviso de las riadas en la zona del sudeste es imprescindible el uso del radar meteorológico.

Archivado En