Gotbzadeh era el último líder moderado del régimen iraní

Sadeq Goffizadeh, antiguo ministro de Asuntos Exteriores y representante de la línea moderada de la revolución fue fusilado en la noche del miércoles, después de haber sido considerado por un tribunal revolucionario culpable de intento de derribar el régimen de Irán.

El proceso de Gotbzadeh había finalizado, el pasado 22 de agosto, después de tres días de debates. Posteriormente, el político iraní tuvo que asistir a los sucesivos juicios de doce personas implicadas en el compló del que él era instigador, según las autoridades judiciales iraníes. El último de estos procesos terminó ayer....

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Sadeq Goffizadeh, antiguo ministro de Asuntos Exteriores y representante de la línea moderada de la revolución fue fusilado en la noche del miércoles, después de haber sido considerado por un tribunal revolucionario culpable de intento de derribar el régimen de Irán.

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El proceso de Gotbzadeh había finalizado, el pasado 22 de agosto, después de tres días de debates. Posteriormente, el político iraní tuvo que asistir a los sucesivos juicios de doce personas implicadas en el compló del que él era instigador, según las autoridades judiciales iraníes. El último de estos procesos terminó ayer. En las fotos de las distintas audiencias se podía apreciar la imagen de Gotbzadeh, con una tupida barba, en compañía de otros acusados, sentado junto al retrato del ayatollah Jomeini en la prisión de Evin, al norte de Teherán.Su detención había sido anunciada el pasado 10 de abril, y fue inmediatamente presentado como organizador de un vasto compló que intentaba hacerse con el poder después de asesinar al ayatollah Ruholali Jomeini en su domicilio del norte de la capital, deshacerse de los principales responsables del país y ocupar los puntos estratégicos de Teherán.

Confesión de culpabilidad

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El 19 de abril, el ex ministro hizo varias confesiones, difundidas por la televisión iraní en una hora de gran audiencia, en las que reconocía los principales cargos presentados contra él y criticaba al tradicionalmente considerado número dos de la jerarquía chiita iraní, el ayatollah Kazem Chariat Madari. El jefe religioso fue desposeído de sus títulos después de una campaña en su contra que culminó con las siguientes palabras de Madari en la televisión: "Me siento juzgado ante Dios por no haber informado a las autoridades como debería de haberlo hecho y lamento lo que he hecho". Desde entonces, el ayatollah Madari se encuentra arrestado en su domicilio de Qom, la ciudad santa iraní, a 160 kilómetros al sur de Teherán.

El compló de Gotbzadeh, de una amplitud sin precedentes desde la instauración de la República Islámica, según las autoridades iraníes, desencadenó una importante oleada de detenciones, cuya cifra exacta nunca ha sido facilitada de fuente oficial. Entre las doce personas que han sido juzgadas junto al ex ministro de Asuntos Exteriores se encuentran el yerno del ayatollah Madari, Ahmad Abassi, y tres oficiales del Ejército, entre ellos, dos coroneles en activo. El veredicto de su proceso no se ha dado a conocer hasta el 1 momento de cerrar esta edición, pero

todos ellos corren un riesgo serio de ser condenados a muerte, en virtud de las leyes iraníes y después de que la mayor parte han reconocido los cargos que se les imputan.

Retirado de la política

Antes de su arresto, Gotbzadeh, ministro de Asuntos Exteriores desde diciembre de 1979 hasta septiembre de 1980, vivía retirado de la vida política en una lujosa villa del norte de Teherán. Se había retirado de la política tras su conflicto con los estudiantes en la línea del imán, responsables de la toma de rehenes en la Embajada de Estados Unidos.

Gotbzadeh intervino activamente desde el exilio en la caída del Sha, pero no gozaba de gran popularidad en el interior de su país. Por eso, el anuncio de su ejecución, que todavía no se había hecho en la mañana del jueves, no debe suscitar una particular emoción en Irán.

La muerte de Gotbzadeh ha provocado, sin embargo, reacciones inmediatas entre el exilio iraní en París. El ex presidente Abolhasan Banisadr la consideró como "un ajuste de cuentas" entre las diferentes tendencias del escenario político en Irán.

Banisadr destacó el hecho de que la ejecución de su antiguo compañero de exilio coincide con el "fracaso" de la ofensiva iraní contra Irak y con una evolución de las relaciones entre Teherán y el Gobierno de Siria, que, según el ex presidente, intervino para salvar la vida de Gotbzadeh.

Masud Radjavi, dirigente de los Mujaidines del Pueblo, izquierda islámica iraní, dijo en la capital francesa que la ejecución. "muestra claramente la crueldad del régimen de Teherán, que no duda en sacrificar a sus colaboradores más próximos".

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