El arzobispo de Tarragona resalta la identidad nacional de Cataluña

La jerarquía eclesiástica catalana dio ayer respaldo público a los que preconizan que Cataluña, a través de la historia, ha demostrado que es una nación, durante la homilía que pronunció el arzobispo de Tarragona, Josep Pont i Gol, en el curso de una misa concelebrada por la totalidad de los obispos catalanes y los abades de Solius, Montserrat, Poblet y Cuixà y el vicario de Perpiñán, con motivo de los actos de homenaje al conde Guifré el Pelós (Wifredo I el Velloso), fundador de la dinastía cátalana, en el monasterio de Ripoll (Gerona). Un acto religioso de esta magnitud hacía más de cincuent...

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La jerarquía eclesiástica catalana dio ayer respaldo público a los que preconizan que Cataluña, a través de la historia, ha demostrado que es una nación, durante la homilía que pronunció el arzobispo de Tarragona, Josep Pont i Gol, en el curso de una misa concelebrada por la totalidad de los obispos catalanes y los abades de Solius, Montserrat, Poblet y Cuixà y el vicario de Perpiñán, con motivo de los actos de homenaje al conde Guifré el Pelós (Wifredo I el Velloso), fundador de la dinastía cátalana, en el monasterio de Ripoll (Gerona). Un acto religioso de esta magnitud hacía más de cincuenta años que no tenía lugar en Cataluña.Los actos litúrgicos de homenaje al conde Guifré, a los que asistieron el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol; el del Parlamento, Heribert Barrera; el Gobierno de Cataluña en pleno y otras autoridades, quisieron ser una aportación moral de la Iglesia a la consolidación del proceso político catalán, en unos momentos que, en opinión del presidente autónomo, Pujol, se ciernen numerosos peligros sobre Cataluña. La homilía de la Iglesia catalana recibió muchos elogios de las autoridades civiles asistentes, que en su mayoría pertenecían a partidos nacionalistas.

El arzobispo Pont i Gol resaltaría la labor del conde Guifré, "que marcó el recto sendero para que Cataluña en su tiempo (siglos VIII y IX) llegase a ser plenamente una nación". Tras repasar rápidamente la historia de Cataluña, el arzobispo de Tarragona manifestó: "Somos lo que somos porque somos fruto de unas raíces propias".

Definió a Cataluña como a un pueblo totalmente diferenciado, cuya génesis no ha sido improvisación de un día, "un pueblo que, reafirmado en sus raíces, ha sabido sobrevivir durante unos siglos no muy afortunados y ha sabido reencontrar, cuando ha sido necesaria, su conciencia ciudadana".

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