Cartas al director

Contestación al capitán García Oviedo

No soy un entusiasta en el polemizar sobre opiniones políticas: cada cual es dueño de pensar como quiera; pero de ahí a consentir que me digan que "no sé leer" y me llamen disimuladamente "tonto", va un abismo. Soy militar, pero no analfabeto.En tu artículo, y hablemos con claridad, calificabas a la institución militar española con tres epítetos: analfabetos, retrógrados (en el peor sentido de la palabra) y asesinos. Así, dicho llanamente.

Naturalmente, todo ello iba adornado con alusiones eruditas a personajes reales o ficticios del siglo XVIII.

En primer lugar, te aseguro que y...

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No soy un entusiasta en el polemizar sobre opiniones políticas: cada cual es dueño de pensar como quiera; pero de ahí a consentir que me digan que "no sé leer" y me llamen disimuladamente "tonto", va un abismo. Soy militar, pero no analfabeto.En tu artículo, y hablemos con claridad, calificabas a la institución militar española con tres epítetos: analfabetos, retrógrados (en el peor sentido de la palabra) y asesinos. Así, dicho llanamente.

Naturalmente, todo ello iba adornado con alusiones eruditas a personajes reales o ficticios del siglo XVIII.

En primer lugar, te aseguro que yo no manipulo muertos; sería repugnante; pero lo cierto es que ahí están, y es un parámetro nada desdeñable que tú no has tenido en cuenta en tus "parárnetros militares", y quizá sea el más importante a considerar, en el momento actual, dentro del ambiente castrense.

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Si realmente te duelen los asesinatos, y es cosa que no dudo, lo disimulas muy bien. A mí me duelen y mucho; pero, casi tanto como la sangre derramada cobardemente, me duelen las "enérgicas repulsas" que lanzan quienes se dicen celadores de esa democracia que os es tan cara.

Recuerdo que en una ocasión te hablé de esto, y no niegues que me llamaste bunqueriano, que los bunquerianos -recalco el hombre-nos regocijábamos con los crímenes que deshonraban al "ordenamiento constitucional", que deseábamos ver hundido.

Pero te recuerdo que éramos los bunquerianos -perdón por la repetición- quienes éramos y somos los más interesados en acabar con el terrorismo; sin terrorismo, puedo asegurarte, aunque no sea dogma de fe, que no hubiera habido 23-F, y que esa democracia que todos deseamos estaría más consolidada que nunca.

No te reprocho el que coincidas con Don Quijote por tu defensa de la libertad, y sé que suffiste "persecuciones y prisión" por defenderla. Puedes agradecer a Dios que a quien insultaste públicamente fuera al generalísimo Franco (q.e.p.d.)., Si lo hubieses hecho en la Cuba de Fidel Castro es posible que ahora no vivieses para contarlo.

Y con esta carta quiero también agradecer a EL PAÍS la amabilidad que ha tenido en publicarla -supongo que lo hará-, y al capitán García Oviedo comunicarle que será el tiempo, y no las meras discusiones epistolares, quien dará la razón a quien la tenga./Teniente coronel.

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