Cartas al director

Anacronismo de las Malvinas

Entre el ya lejano recuerdo del asunto polaco y la triste realidad del pueblo salvadoreño, la actualidad internacional nos sorprende con un anacrónico show de las Malvinas, que viene a romper la rutina cotidiana en que se desespera el mundo de hoy.En plena era diplomática se organiza uno de los mayores despliegues armamentistas por una pura y simple cuestión de honor. Cuando empezábamos a creer que el pasotismo en boga había terminado con cualquier tipo de reacción humana ante cualquier estímulo, Argentina le pega el guantazo al Reino Unido, y éste no puede menos que sentirse hum...

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Entre el ya lejano recuerdo del asunto polaco y la triste realidad del pueblo salvadoreño, la actualidad internacional nos sorprende con un anacrónico show de las Malvinas, que viene a romper la rutina cotidiana en que se desespera el mundo de hoy.En plena era diplomática se organiza uno de los mayores despliegues armamentistas por una pura y simple cuestión de honor. Cuando empezábamos a creer que el pasotismo en boga había terminado con cualquier tipo de reacción humana ante cualquier estímulo, Argentina le pega el guantazo al Reino Unido, y éste no puede menos que sentirse humillado y mancilla do ante el resto del mundo. Seguramente no volveremos a ver nada parecido. Estamos ante una extraña reminiscencia, un aleteo de tiempo escapado del pasado que irrumpe en el presente con toda la fuerza de su absurdo.

Es un duelo, un duelo en la medianoche de la razón, entre mares inmensos repletos de soldados. Sólo faltan los padrinos, países robustos vestidos de luto, que se presten a colaborar en el lance. Un viejo país de una vieja, cansada y remendada Europa, renacida ya de dos largas guerras, se asoma al precipicio de una aventura loca con todas sus huestes por delante. La realidad sigue demostrándonos que el mayor espectáculo del mundo sigue siendo el mundo./

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